El Barcelona se retiró en silencio de su propio cancha. El cuadro “culé” tenía que superar con más de cuatro goles en el Camp Nou al Bayern Múnich para acceder a la final de la Liga de Campeones, pero su rival no lo  perdonó y lo superó 3-0, ganando 7-0 en el global.

El juego característico del “Barça” no varió, a pesar de que necesitaba superar a su rival alemán por muchos tantos; nunca  atacó de manera desordenada.

La paciencia de Xavi e Iniesta para rotar el balón cerca de la media luna ponía en suspenso a los seguidores catalanes. Mantenían más tiempo la pelota, pero no encontraban espacio para habilitar en callejón a Fábregas y Villa, que sufrieron por falta de un abastecedor como Lionel Messi, que no jugó porque se lesionó en el duelo por Liga ante el Athletic de Bilbao.

Ante esta falta de dirección en el medio campo “azulgrana”, el primer tiempo acabó sin goles, con un Barça dominando y un Bayern que al contragolpe perdonó en dos ocasiones.

Para la etapa complementaria, los catalanes seguían calmos, igual que el Bayern Múnich, que sabía que con el resultado se veía el próximo 25 de mayo en el estadio de Wembley.

Los alemanes, hábiles para jugar a la contra, encontraron espacios y le hicieron daño al Barça. Primero fue el holandés Arjen Robben, que a los 48’ quebró por izquierda a Adriano y de zurda puso el 1-0.

A los 72’, Ribéry centró al área y Piqué trató de despejar, pero calculó mal y anotó en propia meta (2-0). El Barcelona estaba sin ganas y el DT Tito Vilanova retiró a Iniesta y Xavi, pero nada sirvió. A los 76’ Müller le puso fin a todo con el 3-0.