El escocés Andy Murray recibió ayer una calurosa bienvenida en su ciudad natal (Dunblane) por parte de sus compatriotas luego de haber conseguido la medalla de oro olímpica y el Abierto de Estados Unidos.
Miles de personas esperaron impacientes la presencia del tenista en las calles escocesas, en un día destemplado para recibir victoriosamente a Murray.
La raqueta de un cuarto de siglo de vida es el primer británico que gana un torneo de Grand Slam en los últimos 76 años.
Murray llegó en un autobús abierto y después caminó por las calles firmando autógrafos a niños, jóvenes y adultos. A su paso la gente entonaba su nombre, ondeaba banderas escocesas y exhibían carteles.
Murray dijo que “tanta gente, tanto apoyo, es un poquito abrumador... Pasarán algunos días antes de que lo comprenda”.
El tenista de 25 años venció a Novak Djokovic en cinco sets para ganar el pasado lunes el US Open y puso fin a su larga espera de un título mayor, cinco semanas después de derrotar a Roger Federer en la final del tenis olímpico.