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Volpi: “La sensación de peligro frente al narco puede destruir un país”

Un centenar de lectores escuchó el diálogo entre los escritores Óscar Vela Descalzo, Jorge Volpi y María Auxiliadora Balladares. Ecuador es el primer país de una gira que realiza el mexicano.
Un centenar de lectores escuchó el diálogo entre los escritores Óscar Vela Descalzo, Jorge Volpi y María Auxiliadora Balladares. Ecuador es el primer país de una gira que realiza el mexicano.
Foto: Álvaro Pérez / EL TELÉGRAFO
05 de abril de 2018 - 00:00 - Redacción Cultura

El 9 de diciembre de 2005 las cadenas Televisa y TV Azteca anunciaron la transmisión en directo de la liberación de tres personas secuestradas y la captura de sus opresores.

Las imágenes -que aún suman visitas en la plataforma de YouTube- se presentaron como la conclusión inicial de un crimen real, perpetrado en la ciudad de México ese año, pero fueron resultado de un montaje en que la Policía mexicana y un grupo de reporteros se pusieron de acuerdo en un plató inédito.

A la conmoción generada en los televidentes le siguieron las preguntas sobre el tratamiento que los inculpados, Israel Vallarta y Florence Cassez, recibieron por parte de la justicia mexicana. Ella, de nacionalidad francesa, concitó  pronunciamientos del entonces presidente de su país, Nicolas Sarkozy, a quien respondió au homólogo mexicano Felipe Calderón, lo que causó un enfrentamiento diplomático. La Suprema Corte de Justicia liberó a Cassez en 2013 y Vallarta -quien fue su pareja hasta antes de su captura- continúa encarcelado pese a que no se ha emitido una sentencia en primera instancia que lo condene.

En una entrevista con este diario, el autor de La Tejedora de Sombras contó que visitó una decena de veces a Israel Vallarta en la cárcel de El Altiplano. Foto: Jhon Guevara / EL TELÉGRAFO

Estos hechos reales, que configuran una trama policíaca, provocaron que el escritor mexicano Jorge Volpi hiciera una larga investigación sobre estos personajes además de todos los involucrados con fines literarios. La novela documental o sin ficción –género inaugurado por autores como Rodolfo Walsh, Truman Capote o Norman Mailer a mitad del siglo XX– que aparece como advertencia al inicio del libro, en forma de recordatorio, un memeto mori, en palabras de la poeta y docente María Auxiliadora Balladares.

La lluviosa noche del martes pasado, en Quito, Volpi presentó Una novela criminal ante un centenar de sus lectores en la capital. Balladares comentó la obra junto al novelista y abogado Óscar Vela, quienes también le formularon preguntas al autor que incursiona en este género a través de un título que le hizo ganar el Premio Alfaguara 2018.

“Cada uno de los hechos narrados tienen no solo un anclaje en la realidad sino que son la reproducción de los acontecimientos, de documentos judiciales, de archivos, de testimonios. El lector no puede, no debe asumir el pacto de ficción”, leyó Balladares antes de recordar La Casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca o La Tigra, de José de la Cuadra, obras en que sus autores insistieron en su carácter documental y que “se trata de una recreación fiel de formas de la vida en complejos contextos sociales”.

En Guayaquil, Volpi conversó con 2 periodistas sobre su novela, en una transmisión virtual, que por problemas técnicos empezó 30 minutos tarde. Foto: José Morán / EL TELÉGRAFO.

Ante los índices de rating que tuvo el montaje, aunque burdo, la condena debía ser ejemplar. Cassez fue sentenciada a 60 años de prisión y Vallarta no ha tenido una pena hasta ahora. En 2013 todo el operativo, cuestionable desde su primer anuncio, se desmontó como una gran farsa policial y gubernamental. Fue una estrategia del presidente Calderón para evidenciar su ‘guerra contra el narcotráfico’.

A Volpi aún le resulta inverosímil que la televisión y las audiencias hayan digerido por tanto tiempo la ficción de la captura de estos presuntos secuestradores y ha utilizado todo el material judicial del caso para su novela. Cada vez que encontraba contradicciones en esas fuentes, explicó, optaba por tomar aquello que era más fiel a lo real.

La construcción narrativa de la historia que escribió combina la investigación fría del periodismo, en la que se utilizan los nombres reales, con recursos propios de la literatura.

 

El lunes pasado, Volpi dijo en una presentación virtual para Guayaquil, que transmitió desde su hotel en Quito, que los elementos propios de la realidad fueron suficientes para contar y tratar de entender mejor lo que ocurrió en este caso. “No sé si al final he llegado a una verdad, pero es más frustrante descubrir cómo las autoridades hicieron hasta lo imposible para que no se pudiera saber la verdad”, dijo el autor.

A Volpi le interesaba esta historia y no otras que pueden resultar mucho más significativas en materia de derechos humanos por el tejido que tenía entre historia policíaca, política, de amor y una conspiración detrás de todo. 

El mexicano consideró que le permitía contar todo lo importante de su país, el sistema de justicia, que al final de cuentas, también es un reflejo de los modos en los que se vive en América Latina.

Al autor de Una novela criminal le preguntaron, casi como un síntoma de reflejo, si tuvo miedo a represalias a la hora de publicar esta novela. Pese a que confesó que tal vez ahora le atemoriza regresar a su país natal, le preocupan las reacciones que va a tener la sociedad mexicana en cuanto a las formas en que se desarrolla aquello que llaman justicia desde las instituciones oficiales.

Con respecto al secuestro del periodista Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra -equipo de diario El Comercio- en la frontera entre Ecuador y Colombia, Jorge Volpi manifestó su solidaridad con sus familias y recordó que “en el México de su juventud, el PRI (Partido Revolucionario Institucional, que gobernaba entonces) se vanagloriaba de que el país era una ‘isla de paz’ comparándonos con las dictaduras militares y guerrillas tan sangrientas de Centro y Sudamérica; en la transición a la democracia que fue el gobierno de Vicente Fox se genera una alarma pública sobre los secuestros, eso provocó el montaje que documentó en la novela” y desastres posteriores en torno a la “guerra contra el narcotráfico”.

El autor explicó que la escalada de violencia en México se puede ver como una tragedia que hay que evitar: “la sensación de peligro frente al narco puede generar acciones contra este que tengan como consecuencia la destrucción del país, del tejido de la sociedad exponiendo a decenas de lugares a una violencia realmente inaudita. Países que han sido tradicionalmente pacíficos como Ecuador deben tomar en cuenta esto”. (I)  

Alfaguara 2018

Una novela criminal

→Uno de los mayores montajes en la historia policial se dio en torno al caso Vallarta-Cassez, en México. El secuestro fue el crimen del que la televisión y la justicia mexicanas acusaron a dos personas, devenidas en protagonistas de su novela.

10 novelas de Volpi son célebres por su fuerza narrativa. Ganó el Alfaguara con una ‘sin ficción’ o documental.

Entrevista virtual

En Guayaquil, el autor fue entrevistado a través de una transmisión virtual, por Mariella Toranzos, editora de Cultura de Diario Expreso, y Stefany Ramos, miembro del club de lectura de PalabraLab.

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