La duodécima edición de la Bienal de Cuenca se inaugura hoy, en el teatro Carlos Cueva Tamariz, en el centro de la ciudad, desde las 19:00.

En este año han sido designados seis escenarios para exhibir las 100 obras de 42 artistas participantes, tanto nacionales como extranjeros.

Los lugares en los que las personas apreciarán estas manifestaciones artísticas son: Museo de Arte Moderno, las cúpulas del colegio Benigno Malo, la Casa de los Arcos, la Capilla del Museo de la Medicina, el Salón del Pueblo y la Galería Proceso, de 10:00 a 18:00.

En esta edición 22 países contarán con representantes en esta cita, como Holanda, Albania, España, Francia, Colombia, Perú, entre otros. “Este es un evento no solamente para Cuenca sino a escala nacional y con una amplia connotación internacional”, sostuvo Katya Cazar, directora ejecutiva de la bienal.

Tres personas especializadas en  teoría del arte y en estudios de la  cultura calificarán las obras.El concepto de esta edición es Ir para Volver. “Me pareció muy grato que los curadores hayan hecho un ejercicio de desarrollar una tesis curatorial que no puede escaparse del ambiente académico, teórico y conceptual (...) lo han emplazado en una premisa de lenguaje que lo  solemos usar con mucha cotidianeidad y a diario”, acota la directora.

Tres personas especializadas en teoría del arte y en estudios de la  cultura han sido designados para calificar las obras. Uno de ellos es Oswaldo Maciá, quien nació en 1960 y es colombiano. En las últimas dos décadas ha residido en Londres.

Él comenzó sus estudios con una licenciatura en la Escuela Superior de Bellas Artes (Cartagena); también ha estudiado pintura mural y alcanzó su maestría en Artes en el Goldsmith’s College de la Universidad de Londres.

Otro es Ferrab Berenblit, quien es argentino y nació en 1968. Es director del Centro de Arte Dos de Mayo de la Comunidad de Madrid (CA2M) que desarrolla una intensa programación de proyectos en arte contemporáneo desde la investigación, mediación, producción y exhibición de exposiciones, actividades y propuestas educativas.

30.000 dólares se adjudicará el ganador de la Bienal de Cuenca, $ 15.000  el segundo y tercer puesto.


100 obras de 42 artistas se exponen en los escenarios. Están presentes 22 paísesMientras que Guillermo Santamarina (1968) ha organizado más de 600 exposiciones, de manera independiente, para iniciativas privadas y en programas de instituciones públicas. Este especialista es  licenciado en Comunicación y también cursó estudios de Antropología y Arquitectura.

La premiación se realizará en el evento inaugural, es decir, en la gala de esta noche. El ganador se adjudicará $ 30.000, mientras que el segundo y tercer puesto obtendrán $ 15.000  cada uno.

Esta edición de la Bienal de Cuenca, que intenta reinventarse, incluye la realización de residencias artísticas en distintas disciplinas.

Entre los artistas que han llegado a la capital azuaya, a dirigir estas residencias, figuran la italiana Marinella Senatore con su escuela de danza narrativa y el mexicano Jorge Satorre que exhibirá algunos objetos hechos en talleres que realizó con artesanos de Gualaceo, Sígsig y otras zonas aledañas a Cuenca.

El martes 1 de abril se llevará a cabo, desde las 17:00, la inauguración de la muestra paralela oficial: La guerra que no hemos visto, en la Galería de la Alcaldía (ubicada en Borrero y Bolívar). En esta se exhibe el resultado de un trabajo de dos años desarrollado por el artista colombiano Juan Manuel Echavarría.

Esta exhibición denominada La guerra que no hemos visto se compone de una serie de pinturas creadas por hombres y mujeres que formaron parte del conflicto armado que ha vivido Colombia. Sus autores, guiados por Echavarría, pertenecieron en algún momento de su vida a grupos paramilitares, movimientos guerrilleros o al Ejército Nacional.

Estas pinturas son representaciones de experiencias de sus autores, y permiten observar el rastro del conflicto colombiano, a través de las tragedias de los campesinos, los desplazamientos forzosos y el despojo de tierras, en un contexto en que la crueldad se volvió natural.