En 1981 nació la Cinemateca Nacional, entidad adscrita a la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), con el interés de preservar la memoria fílmica del país.

Han pasado 32 años, que se han traducido en 4.000 registros en videos en distintos formatos y 10.000 documentos de papel sobre el cine ecuatoriano.

Ahora, ese material será digitalizado, luego de que Raúl Pérez Torres, presidente de la CCE, y Juan Martín Cueva, director ejecutivo del Consejo Nacional de Cine (CNCine), firmaran el pasado miércoles un acuerdo para la compra de los equipos necesarios para realizar el proyecto. “La digitalización era un paso inminente a seguir”, dice Fabián Cadena, jefe del proyecto de digitalización del patrimonio fílmico y audiovisual del país.

Cadena explica que, en el caso de las películas rodadas en celuloide (de 35mm y 16mm), se utilizará una máquina llamada film scanner,para un proceso que “consiste en el escaneo, fotograma por fotograma, de los rollos que contenga una película, y posteriormente se hará la corrección primaria de color”.   

DATOS

En la Cinemateca Nacional de la Casa de la Cultura existen 4.000 archivos físicos de videos ecuatorianos, entre registros, cortos, películas de ficción, documentales, etc. El 70% del archivo son documentales.  

10.000 ítems del archivo de la Cinemateca son documentos en papel, entre artículos, testimonios, tesis, libretos, entre otros.

El CNCine intentó recientemente recuperar el fondo fílmico del productor de cine guayaquileño, Gabriel Tramontana. Durante el diagnóstico del material se encontró que la tercera parte de los rollos estaba completamente deteriorada, detalla Cueva.

En 1931, Ecuador Sono Films, de Alberto Santana, estrenó Guayaquil de mis amores, primera cinta sonora del país. “Ya lo han visto 70 mil personas, faltan solo 30 mil para que lo vea todo Guayaquil”, se decía entonces.

Además de cineasta, Augusto San Miguel colaboró con artículos de cine en revistas como Semana y El Espectador.

Un registro escrito de El tesoro de Atahualpa se encuentra en el libro Cine mudo, ciudad parlante, del crítico de cine Jorge Suárez.El film scanner permite capturar el video en alta resolución y en alta velocidad, pues 24 fotogramas hacen un segundo de video.

Pero también el material analógico será respaldado con un sistema de tarjeta de video, en un gadget que se llama capturador.

Wilma Granda, directora de la Cinemateca, precisa que en lo que queda del año, la institución adquirirá los equipos, y que en 2014 iniciará un proceso gradual de digitalización del archivo, “que crece constantemente”.

En 1989, un decreto ministerial otorgó a la Cinemateca la custodia legal del patrimonio fílmico nacional, detalla Granda, y desde 2009, el archivo de este departamento de la CCE es de libre acceso a los ciudadanos.

Ahora que el proceso de digitalización empezará a hacerse realidad desde 2014, Granda y Cadena explican que, acorde a la idea de dar un libre acceso a la memoria fílmica, la Cinemateca presentó un proyecto a la Senplades que contempla poner el material en línea.

La Cinemateca y la Biblioteca Digital, que conforman ese proyecto, de ser aprobadas, serán bancos digitales, “con mecanismos para que se respeten los derechos de autor”, para que los filmes ecuatorianos sean de libre acceso en la web, tanto para ciudadanos del país, como de afuera.

Juan Martín Cueva, director ejecutivo del CNCine, detalla que el acuerdo firmado el miércoles es el inicio de una segunda etapa de preservación en digital del archivo fílmico ecuatoriano.

Hubo un primer proceso de digitalización por parte de la Cinemateca, lo que se recoge en una escena del documental-ficción-experimental Más allá del mall, de Miguel Alvear. Pero explica Cueva que ese intento resultó ser algo limitado, lo que se espera cambiar con la adquisición de los nuevos equipos.

Además, los discos con tecnología que suelen usar los bancos son mucho más estables para que “el patrimonio que se digitalice no vuelva a ponerse en un material que se deteriore con el tiempo”.

Cueva señala que en el país ha existido muy poco interés en preservar la obra fílmica nacional, “y un síntoma de eso es que el material de Augusto San Miguel, el primer cineasta del Ecuador, ya no existe”.

El director ejecutivo del CNCine cita además el documental Descartes, del realizador guayaquileño Fernando Mieles, y da cuenta de que  hay materiales más recientes (en analógico) que también se perdieron.

El acuerdo se firmó en el Día del Cine Ecuatoriano (7 de agosto), que conmemora el estreno de la película El tesoro de Atahualpa, de Augusto San Miguel, un cineasta cuya historia se conserva solo en documentos escritos y autor de una obra controversial que planteaba, en los tempranos años ’30, la reivindicación indígena, “por eso la cultura oficial no lo reconoció”, dice Granda.