El pintor peruano Juan Carlos Zeballos Moscario estuvo en Guayaquil este año, donde participó por tercera vez consecutiva  en la Bienal Internacional de Pintura Luis A. Novoa, en su VI edición.

La temática del encuentro artístico fue el agua y él formó parte de la organización, por lo que convocó a un grupo de artistas europeos y a latinos residentes en París, donde vive Zeballos.

“Finalmente hubo la confirmación de siete países (Francia, Portugal, Grecia, Turquía, Israel, Venezuela, Honduras) y, a su vez,  de 11 artistas cuya obra significativa no conservadora en sus países respectivos llegaría por primera vez a Latinoamérica”, comenta el artista.

El trabajo de Zeballos se basa en el reciclaje de la información visual urbana que ve a diario y que la deconstruye. Coloca los colores por yuxtaposición, remarcando el alto contraste.

“Borro, vuelvo a dibujar, tacho y rescato presencias  inalterables dadas  por el primer gesto. Mi pincelada  no contempla, se entrecorta y fragmenta, se extiende impulsivamente y se contradice. No busco lo perfecto que engendra la naturaleza sino la transmutación de esta”, resalta Zeballos.

París no ha dejado de inspirarlo, sobre todo sus submundos en los que encuentra su temática. Se nutre de las atmósferas anónimas de las  calles parisinas, de las estaciones del metro, de sus paneles atiborrados de color y abigarrados por el día a día. A su vez, las historias de millones de personas que transitan allá él las traduce plásticamente.

Sobre la Bienal guayaquileña, el artista confía en que  para 2020 la convocatoria se haga más extensiva a países de Asia, Nuevo Oriente y África. “Mi compromiso y apuesta por esta Bienal es combativa ante  las  estructuras actuales que sustentan y mueven el mundo del arte. Quiero reivindicar nuestra  pintura frente al agotamiento de las nuevas tendencias, modas y el panorama artístico oficial en nuestro continente”, resalta.

La Bienal de Pintura Luis A. Novoa surgió como un  proyecto personal de Pablo Martínez  Rojas. (I)