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El psiquiatra argentino es autor de libros como goce y memoria y espanto

“Hay que ayudar al paciente a vivir con su locura”

El seminario de Braunstein en Guayaquil se tituló ‘La búsqueda del sentido en la vida y en la cura’. Foto: Cortesía Universidad Católica de Santiago de Guayaquil
El seminario de Braunstein en Guayaquil se tituló ‘La búsqueda del sentido en la vida y en la cura’. Foto: Cortesía Universidad Católica de Santiago de Guayaquil
02 de agosto de 2014 - 00:00 - Redacción Cultura

Las disciplinas psi (las que estudian a la psique), y en especial la psiquiatría, buscan sentidos. Esperan hallarlos en la vida o en la cura. Mientras que el psicoanálisis apunta a encontrarse con el sinsentido y enfrentarlo.

Por esa línea transcurrió el seminario ‘La búsqueda del sentido en la vida y en la cura’, que dictó el psiquiatra y psicoanalista argentino radicado en México, Néstor Braunstein, los pasados miércoles y jueves, traído por la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil (UCSG).

El título de la conferencia cita a una crítica que plantea Braunstein en su más reciente obra, Clasificar en Psiquiatría, sobre un panorama en el que poco a poco (pero desde hace tiempo), los fármacos han ganado terreno como formas infalibles de ‘sanar’ los trastornos mentales de los pacientes.

Es el mundo del ‘Big Pharma’, como lo llama Braunstein, que ya en una entrevista con la periodista argentina Ximena Niederhauser decía que “clasificar y medicar son formas de no escuchar”, pues “el diagnóstico y la clasificación no hacen más que borrar las diferencias entre el sufrimiento de uno y otro” paciente.

Titulado como psiquiatra y volcado hacia el psicoanálisis –es pionero en estudios sobre las teorías de Jacques Lacan–, Braunstein sostuvo que “el síntoma es la manifestación más barata para la situación en la que se encuentra el paciente”, poco después de terminar la primera jornada de su seminario, dictado en el Aula Magna de la UCSG.

En ese sentido, dice que hay que tener en cuenta que cada caso, sus causas y entornos son totalmente distintos. Para Braunstein, el psicoanálisis es una disciplina de la negatividad. Prefiere evitar el término ciencia y así contraponerse a la idea de Augusto Compte sobre la ciencia positiva como la encargada de hallar verdades universales, pues el Psicoanálisis es una disciplina de la singularidad.

Por ello, el trabajo que piensa que se debe hacer con los trastornos mentales no es precisamente ‘curar un síntoma, sino ayudar al paciente a vivir con su locura’, una ‘locura’ que Braunstein define como ‘la interrupción del vínculo social’, una idea que sigue la línea del psicólogo y filósofo francés Michel Foucault, quien desde la década del 70 advertía que las personas llaman ‘anormal’ a aquello que no pueden decir que está ‘mal’.

Braunstein califica como ‘utopía perversa’ la idea de que los trastornos mentales puedan tratarse como en otros campos de la medicina, y diagnosticar –en función de métodos que son iguales para todos– un químico que ‘normalizará’ el comportamiento del paciente.

En una entrevista concedida al periodista mexicano José de Jesús Pacheco Vela, para el diario Reforma, Braunstein contó que un detonante para escribir su libro ‘Clasificar en Psiquiatría’ viene de su experiencia en la década del 70, cuando pudo ver –‘desde adentro’– las formas en que funcionaba la psiquiatría institucional en México.

Ahí, cuenta, constató que “la formación de los psiquiatras apuntaba a excluir la comprensión de las vidas de los pacientes para favorecer los tratamientos ‘organicistas’. Pude ver a los pacientes impregnados con drogas, tratados con electrochoques, restos de personas que habían sido ‘lobotomizadas’”; esas y otras escenas dentro de la praxis psiquiátrica que lo llevaron a creer necesario cuestionar el acto de clasificar las ‘anomalías’.

En este mar de incomprensiones que es el mundo, Braunstein aborda un tema que también ocupó a Sigmund Freud: El lenguaje. En su conferencia, lanzó al público este cuestionamiento: “Para comunicarnos, tratamos de expresar oraciones con sentido. Sin embargo, ¿ese sentido está en la frase que elaboramos o en el entendimiento del otro?”.

Ya se lo decía a Niederhauser: “cada uno es único y cada vida es un mundo en el que hay una forma por lo menos esencial e ineludible para afrontar las dificultades existenciales, que es el lenguaje”, y este último es un aspecto que, por su propia forma de ser, divide al sujeto.

DATOS

Néstor Braunstein nació en Bel Ville, Argentina, en 1941. Graduado como doctor en medicina en 1965, debió abandonar su país en 1974 durante la dictadura.

Se radicó en México, donde trabajó como psiquiatra en varias instituciones públicas. En 1978 fue eximido de sus funciones por sus posiciones críticas sobre las clasificaciones oficiales de las enfermedades mentales.

Ha publicado 35 trabajos de investigación y 23 obras sobre psicoanálisis. En 1980, lanzó Psiquiatría, Teoría del Sujeto, Psicoanálisis (Hacia Lacan), un análisis pionero del psicoanálisis lacaniano.

Su obra más difundida es Goce, concepto que va “más allá del placer”, interroga al deseo, al derecho y al propio cuerpo, y que –sostiene Braunstein– es el núcleo conceptual entre la teoría y la clínica psicoanalíticas.

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