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El Telégrafo
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Congreso de la Lengua se centró en el antagonismo entre el papel y lo digital

Congreso de la Lengua se centró en el antagonismo entre el papel y lo digital
25 de octubre de 2013 - 00:00

El VI Congreso Internacional de la Lengua Española que culminó el pasado miércoles estuvo conformado por cuatro jornadas en las que más de 200 académicos y expertos de diversas disciplinas reflexionaron sobre el presente y el futuro del español, el libro y la educación en un entorno cada vez más digital.

Los desafíos que enfrenta el español para protegerse de la "contaminación" de otras lenguas y de las nuevas formas de comunicación en el mundo digital, como la "revolución digital" y su efecto en la prensa y la literatura, fueron algunos de los temas más discutidos.

En el acto oficial de clausura, la directora de la Academia Panameña de la Lengua, Berna Pérez-Ayala de Burrell, afirmó que el español está "vivo y fértil", pero que es vulnerable a sufrir contaminación y mutilaciones por parte de quienes lo hablan, sobre todo por los “extranjerismos innecesarios”.

El presidente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, Gerardo Piña Rosales, dijo a Efe en cuanto a los extranjerismos que "lo malo es cuando existe una palabra en español perfectamente utilizable y se apela a una en inglés".

El futuro del libro y de la prensa en el avasallador entorno tecnológico actual fue uno de los temas que acapararon las más amplias discusiones durante la cita, celebrada en el centro de convenciones Atlapa, en la capital panameña.

Los expositores en una mesa sobre la industria del libro en español coincidieron en que el sector ha iniciado lento y con rezago -en comparación con el mundo anglosajón- su transición hacia lo digital, pero sostuvieron que se trata de un proceso inevitable que debe ser encarado sin temor.

Incluso el escritor peruano y Nobel de Literatura 2010 Mario Vargas Llosa expresó su temor de que el libro de papel pierda la batalla e impere una "literatura de pantalla", superficial y propagadora del conformismo, a su juicio.

Según la agencia EFE, el último día, en una mesa redonda sobre "Políticas educativas", la ministra panameña de Educación, Lucy Molinar, invitó a estrechar lazos para crear nuevos códigos que garanticen una mayor participación de los jóvenes en el futuro del idioma.

Molinar pidió a Iberoamérica que le dé espacios de partipación a la juventud para garantizar el futuro del español. "De esta forma podemos hacerlos, a ellos, más interactivos (y) más partícipes en la construcción del futuro de nuestro idioma", añadió.

En la mesa los ministros de Educación de Costa Rica y Honduras, y los viceministros de Ecuador y México, presentaron un panorama del trabajo que se realiza en sus respectivos países para mejorar y hacer más inclusiva la educación.

Críticas al Congreso

La revista argentina Ñ -suplemento cultural de El Clarín- fue crítica con los resultados del VI Congreso Internacional de la Lengua Española.

En un artículo titulado “Congreso de la Lengua: mucho ruido y veremos cuántas nueces”, el periodista argentino Guido Carelli Lynch hizo énfasis en que “se sintió la falta de jóvenes y de mujeres”.

Carelli citaba a José Luis Moure, presidente de la Academia Argentina de Letras, quien decía que “los congresos de la lengua nunca son importantes desde el punto de vista científico”.

Si bien en el encuentro (celebrado cada 3 años) se reúnen personas vinculadas al idioma -de instituciones o editoriales-, la cita, “para poner la lengua en el tapete sirve, pero no busqués nada más”, le decía Moure a Carelli.

El artículo continuaba diciendo que en el encuentro de académicos del español “hubo visiones pesimistas sobre lo digital”.

Particularmente en este congreso “se puso mucho énfasis en el libro y en lo tecnológico, entonces el tema lingüístico y los problemas de la lengua se pierden un poco. Porque somos expertos, cuando somos, nada más que en lenguas”, se citaba nuevamente a Moure.

Es que el encuentro llevaba como lema “El español en el libro”, y si algo le pasa al libro actualmente, es cada vez más evidente la transición hacia lo digital.

En ese sentido, Ñ decía que en el congreso -que coincide con el 300 aniversario de la fundación de la Real Academia Española- “faltaron voces disonantes y grandes debates” que afuera sobran.

Y afirmaba Carelli en su artículo que la mayor parte de las intervenciones estuvieron llenas de argumentos a favor de la cultura del libro de papel, “pero casi nadie entregó visiones optimistas sobre los soportes digitales”.

Ante las inquietudes del sector editorial, los expertos dijeron que la industria del libro en español debe avanzar sin miedo y modernizarse para satisfacer la demanda de lectores con dispositivos electrónicos.

Pero al libro impreso -destacó la agencia de noticias AFP- le salieron en el Congreso defensores de la talla de Mario Vargas Llosa, que admitió su temor de que el libro digital, que consideró más “banal”, lance a las “catacumbas” al de papel. “Ese es mi temor. Espero equivocarme. Mi esperanza es que coexistan”, afirmó.

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