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Un concurso recupera el valor del arte popular de hacer máscaras

Jorge Trujillo León, director del Museo Antropológico Antonio Santiana de la UCE, y Dayana Aguilar, curadora de la muestra que agrupa 91 máscaras.
Jorge Trujillo León, director del Museo Antropológico Antonio Santiana de la UCE, y Dayana Aguilar, curadora de la muestra que agrupa 91 máscaras.
Foto: Alvaro Pérez / El Telégrafo
18 de marzo de 2020 - 00:00 - Agustín Garcells Cordón

Son pocas las personas que quedan indiferentes ante el encanto de las máscaras que seducen tanto a estudiosos del arte  como a simples curiosos.

Es así que el Museo Antropológico Antonio Santiana de la Universidad Central del Ecuador (UCE) convocó a fines de 2019 a un concurso que tuvo una cálida acogida.

La diversidad cultural y la tradición del oficio artesanal de elaborar máscaras fueron los ejes temáticos de la convocatoria nacional que ha resultado en la exposición denominada Máscaras, Interculturalidad y Tradición.

Contemplar las 91 máscaras ubicadas en el Centro de Información Integral de la UCE puede resultar placentero al visitante.

Pero detrás del simple disfrute visual bien vale desentrañar el arduo trabajo de esta muestra.

Detrás de la gestión se encuentra Jorge Trujillo León, director del Museo Antropológico de la UCE.

Afable, con su sombrero y barba blanca, preguntó al periodista de este Diario si estaba en forma para subir decenas de escalones que él ascendió sin un asomo de agotamiento, mientras hacía una introducción de lo que vimos minutos después.

Ya en la cima, en el local de la exposición, preguntamos por el origen de esta iniciativa: “Se remonta al año 2018. Somos vecinos de la comuna de Santa Clara de San Millán que es la más antigua de Quito y los integrantes de esta comunidad tienen ascendentes incaicos.

Conversamos con uno de sus miembros sobre esta tradición y nos dijo que por qué no hacíamos un evento de máscaras acá”, relató Trujillo.

Respecto a esa primera convocatoria asegura que fue muy doméstica: “Utilizamos el local del Museo con unas 24 máscaras que se montaron como primera experiencia.

Ante la respuesta de artesanos y artistas populares organizamos esta segunda convocatoria y eliminamos algo que al principio fue muy complejo: manejar la diferencia entre caretas y máscaras”, agregó.

Para quienes usamos indistintamente las dos denominaciones vale la aclaración: “La careta la utilizamos para ocultar el rostro y se produce masivamente. La máscara es una producción única donde el artista expresa un yo reprimido y por eso digo que si acaso los ecuatorianos tuvimos reprimido al diablo”.

Lo cierto es que este concurso, desde su génesis hasta esta segunda convocatoria, dio sus frutos: “Nos puso en contacto con una tradición que es muy visible en el país como los artesanos de Píllaro que crearon la tradición de las diabladas y montaron talleres para producir estas máscaras”.

Sobre el carácter de estos singulares, coloridos y hasta intimidantes objetos, el también profesor de la Facultad de Filosofía y Letras y Ciencias de la Educación de la UCE, niega que sean religiosos: “Más bien son representaciones de fenómenos naturales y eso nos devuelve la idea de que es tradición e interculturalidad”.

“Tenemos representaciones de los seres espirituales de la naturaleza que es precolombina realmente, de tal manera que cuando llegan los misioneros y escuchan las historias que relatan los pueblos americanos, ellos deducen que se están refiriendo al Satanás de la Iglesia católica, aunque eran ritos que nada tenían que ver con el cristianismo”, amplía.

Recuperar el arte local

Dayana Aguilar, educadora del Museo Antropológico de la UCE y también curadora de esta exposición, refiere que este segundo concurso de 2020 tuvo otro alcance.

“Cambió la dimensión de lo que pensamos sobre las máscaras y lo que simbolizan. Hay, además, un trabajo del arte popular que en Ecuador no ha tenido el mismo valor que el llamado arte culto”.

Las 91 máscaras que se exponen obedecen a cuatro categorías: diablos, las más numerosas (24); artísticas que intentan mostrar una personalidad; precolombinas; y experimentales/artísticas.

Todas estas expresiones son un compendio de la relación con la naturaleza, la cultura local, la ritualidad y la expresión oral que no están registradas en libros sino en lo cotidiano.

La exposición Máscaras, Interculturalidad y Tradición se mantendrá hasta el 6 de abril próximo, pero ante la emergencia por el coronavirus se pueden observar online algunas de esas obras a través de todas las redes sociales del Museo Antropológico Antonio Santiana. (I)

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