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El Bolshói sueña con abrir sus puertas

Más del 60% de presupuesto del Bolshói está conformado por subvenciones estatales. El resto procede de ingresos y patrocinios.
Más del 60% de presupuesto del Bolshói está conformado por subvenciones estatales. El resto procede de ingresos y patrocinios.
Foto Deutsche Welle
05 de junio de 2020 - 00:00 - Redacción Cultura y DW

La palabra “bolshói” significa “grande” en ruso y ciertamente el teatro de la capital rusa que lleva este nombre le hace honor, pues es uno de los centros más grandes y significativos de la ópera y el ballet mundiales.

Vladimir Georgievich Urin asumió la dirección del Bolshói de Moscú, tiene 73 años y es una de las más influyentes figuras de la escena cultural rusa.

La pandemia de coronavirus que atenaza a Rusia y al resto del mundo plantea al Bolshói y a su director retos insospechados. Sobre este tema, Urin contestó a preguntas de la Deutsche Welle.

El primer reto será la distancia de seguridad de dos metros entre personas requerida en Rusia.

Urin aclara que “mientras que en la representación de una obra teatral hay de 10 a 12 actores sobre el escenario, solo en el foso de un teatro musical hay sentadas al menos 80 personas. Naturalmente, en ese caso no se puede guardar distancia alguna. Eso es algo completamente imposible en un teatro musical con sus cuerpos de orquesta, coro y comparsas”.

Para el director, lo máximo que se puede hacer ahí es medir la temperatura corporal de los empleados y es impensable que los miembros del coro lleven tapabocas, al igual que los instrumentistas de viento. Los bailarines del ballet deben tocarse mutuamente, esta disciplina no funciona de otra manera”.

Todo ello significa que un teatro musical y de danza para reabrir, es necesario que se levanten todas las medidas de precaución que hay hoy, especialmente  en lo referente a los artistas: “Cuando eso suceda, no tendremos que sentar a nuestros espectadores guardando distancia de seguridad y dejando asientos libres”.

En cuanto a la propuesta de reelaborar las partituras para hacerlas menos “peligrosas”, contesta que “son fantasías que no tienen ninguna relación con la realidad.

Por eso he decidido enviar a todo el mundo de vacaciones inmediatamente. Para los artistas, son 56 días naturales. El colectivo retomará su trabajo a finales de julio. Espero que la situación se aclare en los próximos dos meses y medio.

Será entonces cuando empecemos a pensar en iniciar los ensayos, porque, sin ensayos, no funciona nada en el teatro”.

La forma de los bailarines, tras esta gran pausa  que ya se alarga desde el mes de marzo, tardará en recuperarse.

“Serán al menos necesarias cuatro semanas para poder bailar de nuevo el repertorio del Bolshói.Hablamos entonces de mitad de septiembre, no antes. Los músicos de ópera, solistas y cantantes del coro, necesitan algo menos de tiempo”.

Un tema delicado será la necesidad de rebajar los honorarios de las estrellas, sobre todo las internacionales.

“Actualmente, este tema no me ocupa solo a mí, sino a los directores de todos los grandes teatros musicales del mundo. Estoy casi completamente seguro de que la situación económica obligará al recorte de esos honorarios. Sin duda”.

Otra interrogante es la referida a la programación. Urin comenta que se coordina con tres y cuatro años de antelación y ahora deben modificar los planes, porque hay toda una serie de producciones que se cancelarán.

“En muchas de ellas participan artistas extranjeros. Trataremos de ajustar la programación para que puedan celebrarse sobre todo las de artistas rusos”.

Finamente, el precio de las boletas tendrá que bajar, “de lo contrario no habrá público y todos perderemos”, sentenció. (I)

Obras de origen ruso tienen  prioridad en el programa

El teatro Bolshói nació en 1776 como una compañía teatral fundada por el príncipe Piotr Urúsov.

A partir de 1780, la compañía se presentó en el teatro Pretrovsky. Sin embargo, un incendio destruyó el edificio en 1805, por lo que tuvo que ser reconstruido.

El edificio actual es un maravilloso ejemplo de arquitectura rusa clásica diseñado en 1825.

En el Bolshói se estrenaron  obras de danza clásica como El Lago de los Cisnes, La Bella Durmiente, El Cascanueces, Giselle, Romeo y Julieta y Espartaco, entre otras.

Casi la totalidad de las obras que se representan son de origen ruso, a cargo de la compañía de Ballet y Ópera del Bolshói. (I)

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