Aunque el español está más cerca del portugués (comparte casi 90% de vocabulario) y el italiano está más cerca del francés (también comparte casi 90% de vocabulario), hay un factor que suele olvidarse. La pronunciación es muy similar en español y en italiano, aunque solo comparten el 80% del vocabulario. Mientras el portugués y el francés son muy complicados en pronunciación, nuestra lengua es fácil de entender para los italianos y viceversa. En primer lugar, la ortografía se basa en la pronunciación, no como en francés que es un rompecabezas histórico. Además las vocales son claras, aunque el italiano tiene siete, sin las vocales nasales del portugués y del francés. Ambas lenguas tienen la R simple, aunque el español tiene la RR.
En ambos idiomas, la G y la C suenan diferente ante E, I. En italiano y en español, G suena como “gatto” (gato) ante A, O, U; pero ante E, I hay una diferencia. En italiano G suena ante E, I como la J francesa (como los argentinos pronuncian la Y); en español esa G suena como nuestra J. De ahí que gente (que es lo mismo en italiano o en español) suene diferente. En cambio suenan igual y significan lo mismo las palabras Que, español, y Che, italiano. La C ante A, O, U suena como K en español y en italiano. En cambio, la C italiana ante E, I suena como nuestra CH: chocolate es “cioccolato”. Por eso escriben “ciao” su forma de saludar y despedirse, mientras nosotros les copiamos y decimos Chau solo para despedirnos.
Aunque hay otras diferencias pequeñas, en general aprender italiano es muy fácil para un hispano hablante. Yo lo aprendí en Inglaterra con mis compañeras italianas, sin asistir nunca a una clase formal. Ahora puedo ver películas italianas sin subtítulos y leer libros en italiano. Si su especialidad es la Música, las Artes o el Derecho, le recomiendo que aprenda italiano. Ampliará sus horizontes. Hay cursos gratis por celular o por internet. Hay cursos formales en las sociedades Dante Alighieri de todo el mundo, hasta solo sábados. Arrivederci. (O)
