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Es la pregunta obligada entre dos gentes que opinan sobre el juicio al señor Glas y otros inmiscuidos en los escándalos de Odebrecht, Caminosca, Campo Singue y otros con sobreprecio.
La pregunta no cabría si existiere una justicia verdadera donde son los jueces probos, serios y neutrales los que deciden el destino de los acusados, teniendo a disposición cientos de pruebas contundentes que los señalan culpables. “Hacemos de la justicia una práctica diaria”, dice la propaganda que justifica el proverbio centenario: ”El que carece, presume”. Lamentablemente, los procesos están supeditados a intereses económicos o políticos que anulan la credibilidad ciudadana.
¿Con quién me voy? dicen los diputados ‘indecisos’ y retardan -hasta ver qué pasa- las acciones que deberían ser ágiles. La actitud del CAL que impidió el juicio político a un Glas apabullado por delitos flagrantes es la clara muestra del cálculo. (O)
Dr. Carlos Mosquera Benalcázar