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Son repugnantes los montoneros, y no me refiero al respetable grupo político argentino, sino a los que, siendo un montón, se aprovechan del número y se ensañan con una víctima, esto es el ‘cargamontón’ que sufre por los proyectos: Guayasamín, Quitocables, etc. Hay ratos que da ganas de defenderle, pero tal vez es mejor que él solito lo haga, más aún que algunos de esos que hoy protestan son de los que votaron para hacerle Alcalde.
Creo que el presidente Correa debería olvidar que son de la oposición y, por el bien, no solo de Quito y Guayaquil, sino del país, debería ayudarles con una solución muy simple para el atolladero del tránsito en esas ciudades y especialmente en Quito: suba el costo de la gasolina súper y verá cómo disminuye de inmediato el exceso de vehículos. Muchos salen en auto incluso a comprar el pan y la leche en la esquina; y otros no usan el transporte público -que ciertamente al momento no es una delicia-, simplemente por el ‘complejo de doña Florinda’.
Además, con la reducción del subsidio se solucionaría en parte el déficit que tanto les preocupa a sus críticos que, por cierto, disfrutan de los odiosos subsidios. ¿Por qué subsidiar a la clase media alta, alta y altísima? ¿Acaso no pertenecen a esos grupos sociales los que más carros tienen, usan, abusan y más gasolina súper consumen? Claro que algunos somos simplemente clase media, pero estoy seguro de que en un apreciable porcentaje estaríamos de acuerdo en que hay sacrificios que se justifican para que el país salga de las dificultades que hoy enfrenta. (O)
E. Armando Duque D.