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Dentro del concierto nacional, partiendo en escala ascendente de los estamentos del poder, carecen de patriotismo o piensan que están exentos de ello. Por tal motivo, los políticos, unos más, otros menos, siempre escatiman derechos, beneficios o alguna condición favorable, peor aún si esta es económica o de bienestar para el débil, o sea el pueblo.
Miles de trabajadores, pequeños agricultores, comerciantes, artesanos, amas de casa, personas convertidas en vendedores informales, chamberos, etc., constituyen los ejércitos de postergados, postergación sin fin. Bajo ese estigma nacieron, crecieron y posiblemente morirán.
Ese es el producto de grupos de pudientes que con sus representantes políticos crean leyes, decretos, acuerdos para sus intereses, pero eso sí, de estricto cumplimiento para todos. El poder para el poder. Y así hacen y deshacen. ¿Será ese el destino político de Ecuador? (O)
César Antonio Jijón Sánchez