La campaña publicitaria de imagen que el Gobierno y PAIS renuevan constantemente demuestra una permanente preocupación, responsable si se quiere, por el sentir de la población. Justo, lógico y normal, por decir lo menos, debido a que es por ellos y para ellos (la población) que se toman decisiones, se dirigen las acciones, las gestiones y más “iones” que beneficien o propendan a su bienestar.

En esa búsqueda de caminos comunicacionales, de imágenes, de slogans, de palabras, frases y figuras literarias y retóricas últimamente ha causado impacto la expresión “Rafael para tu pueblo, Correa para los corruptos”.

Se convierte en una expresión general y, paradójicamente, en unipersonal: porque, primero, el pueblo, en vocablo universal, considera al Presidente como uno más de sus miembros; es el mandatario que está junto a ellos, que los visita en los lugares más recónditos, que se mezcla con todos, que disfruta un almuerzo típico de la región o localidad, que conoce sus problemas y busca soluciones. Y, segundo, cada ciudadano que se siente identificado con la revolución humana, de servicios de salud, educación, ayuda social, la hace propia como una forma de rebelarse ante el grupo minoritario que siempre manejó los destinos del país a través del maniqueísmo al que se sometieron los políticos de turno en el poder visible.

Tanto es el empoderamiento de la frase, que los opositores ahora se cuidan de llamar por el apellido al Presidente, buscan otra denominación, mas no Correa, porque eso les significaría aceptar que son corruptos, como lo dice la frase objeto de este somero análisis.

Y para ello me remito a uno de los principales opositores del Gobierno del presidente Rafael Correa: diario El Universo, que en su primera plana del viernes 16 de diciembre, a 5 columnas (de 6 posibles) titula “El asambleísta Montúfar/acusa al abogado de Rafael”.

El diario guayaquileño deja entrever que evitó nombrar al aludido por su apellido, para no someterse a la connotación de corrupto que le aplicaría la expresión publicitaria. Aquí no hay vericueto explicativo que valga, puesto que nunca antes llamaron así, por el nombre de pila, Rafael, al Presidente, puesto que eso hubiera sugerido a sus lectores una suerte de tratamiento amistoso, que ellos (El Universo) jamás quisieron ni intentaron visualizar, amén de su alineamiento político. De igual manera, utilizar únicamente el nombre de pila en un título principal significaría hacer uso de una incompleta identificación, que se traduce igualmente en una incompleta información para el público lector. Tanto así que al asambleísta lo llaman por su apellido, pero al Presidente por su nombre.

Rechazo esa especie de doble moral que utiliza el periódico en sus titulares. El Universo nunca lo fue ni es parte del pueblo, por el contrario, pertenece a esa élite económica que ha participado en grandes negocios con el Estado en los diferentes gobiernos que concitaron graves perjuicios al erario nacional: ejemplo, Fujita – terminal terrestre o Conecel-Otecel – telefonía móvil.

Lean los que deban leer y escuchen los que deban escuchar, “Rafael para tu pueblo/Correa para los corruptos”.

Atentamente,

Pedro del Solar
Durán, Guayas