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Las noticias internacionales sobre los resultados políticos recientes de los países denominados progresistas en América Latina, donde las derechas económicas y políticas orientadas también desde la metrópoli del norte han tenido logros importantes en el control gubernamental, deben ser aclaradas para que el régimen pueda prepararse ante los sucesos que se darían antes de 2017.
La crisis económica en nuestros países, expresada en el desempleo de los jóvenes, la escasez de bienes —por la pérdida de mercados de exportación y la baja de los precios mundiales de los productos tradicionales—, por el déficit financiero del gobierno central, produjo un desencanto en los votantes. Las constantes críticas a las acciones de los gobiernos progresistas a través de los medios maximizan los problemas y errores y minimizan los logros, a tal punto que los gobiernos aparecen como enemigos de la libertad y la democracia, sumado a las redes sociales artificiales.
Esto ha creado opiniones a favor de la derecha. Las denuncias ante los sistemas de justicia locales e internacionales de actos de corrupción, delitos comunes y narcotráfico, han puesto en duda la imagen de los gobernantes y círculos cercanos; incluso son acusados de crímenes o asesinatos, ningún gobernante se salva: la familia de Chávez y de Maduro, Dilma y el expresidente Lula, Evo y sus allegados, la expresidenta de Argentina, antes el presidente Ortega fue acusado de violación.
El sabotaje a la infraestructura de un país, como cortes eléctricos, telefonía, servicios de agua potable, educación y salud, así como atrasos en importaciones de bienes de consumo y de exportación, paros y huelgas para crear caos, son algunos de los peligros que pueden crear una opinión desfavorable. Las personas son influenciadas por estos mensajes adversos a los gobiernos progresistas y lo local se confunde con lo que ocurre o se dice de lo externo a nuestros países, viene la confusión política con abstencionismo electoral, lo cual podría explicar las derrotas de la izquierda en los gobiernos.
Se dirá: ‘olvida que el continuismo de las mismas figuras o líderes van perdiendo su influjo y mucha gente busca otras figuras que cambien a dirigentes o presidentes, pero por supuesto este es un factor interviniente en la toma de decisión electoral y está relacionado con los factores anteriormente anotados.
Pero estos criterios nos llevan a pensar que el gobierno actual debe “prepararse” a responder con contundencia a todas estas políticas nacionales y extranjeras que intentaran tener éxito en la reacción conservadora en Ecuador y derrotarlo en las urnas. (O)
Dalton Espín