Publicidad
Soy una voz ecuatoriana que se alza para pedir paz y más paz para nuestra querida Venezuela; que para mí, en lo personal, es el suelo natal de mis nietos y la residencia, desde hace tantísimo tiempo, de un sinnúmero de familiares, una razón poderosa para querer aún más a este país batallador y admirable, cuna de líderes humanistas y sabios, como Hugo Chávez, y que pretende ser tomado nuevamente por la sinrazón de quienes lo empobrecieron y mancillaron durante décadas.
El actual presidente, Nicolás Maduro, con sobra de méritos, quiere seguir adelante con la Revolución Bolivariana gestada por el lúcido Comandante, pero fuerzas irracionales y mezquinas buscan detener su marcha. Son unos cuantos enceguecidos ultraderechistas, que están colmando la paciencia y ganándose el repudio de la mayoría del pueblo venezolano, pacífico y consciente de los logros alcanzados en este proceso revolucionario.
Es hora de decir ¡Basta! Que retorne la paz a nuestro hermano país.
Soledad Cuesta Ordóñez