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Desesperada corrió hacia el refrigerador para beberse de un solo sorbo el poco licor que quedaba en la botella. Mientras bebía con desenfreno, Andrea recordó el episodio que la mantiene viviendo en un infierno interno del que todavía no logra escapar.
Hace ocho meses, un sábado por la mañana llegó a su vivienda, luego de una pesada jornada de trabajo en el hospital; cuando ingresó al departamento encontró a su novio, con quien vivía hace cuatro años, con una maleta y le dijo simplemente “adiós”. Solamente “adiós”, no mencionó una palabra más, como hacia dónde iba o cuándo regresaba. Si es que regresaba.
A falta de respuesta comenzó a diseñar sus propias explicaciones para aliviar su interior, pero ninguna de sus interpretaciones logró apaciguar su dolor y terminó haciendo lo más fácil: culparse de lo sucedido convenciéndose de que es demasiado fea, aburrida y tonta como para merecerse una compañía.
Hace poco más de cuatro años lo conoció, gracias a una amiga que estaba preocupada porque Andrea había llegado a los 35 años sin marido y sin novio. Y como ya se estaba “caducando” (a criterio de la amiga) le presentó a Luis, un profesional de su misma edad, pero que ni siquiera la impresionó.
A los nueve meses de relación se fueron a vivir juntos, ella cedió a la presión social que ejercían su familia y amigos de formar su propio hogar antes de que cumpliera los 40.
En su tormenta interna, Andrea está segura de que nunca se enamoró de Luis, pero el miedo a convertirse en una vieja solterona ya se había instalado en su mente desde hace mucho tiempo y, como consecuencia, la obliga a caminar en un túnel oscuro en busca de una salida en compañía de su botella de licor.
Intrínsecamente existe una Andrea en muchas mujeres ecuatorianas que dejamos de ser nosotras mismas o lo que queremos ser para seguir el orden social que nos han impuesto. Creemos que la felicidad está atada a una persona, nos hacemos expectativas que nos cuestan caro cuando llegan los cambios.
Wendy Zambrano León
C.C. 0923161905
Estudiante de comunicación social