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Económicamente, un subsidio se aplica para estimular artificialmente el consumo o la producción de un bien, producto o servicio, y tiene su origen en la intención de los Estados de alcanzar metas sociales o para favorecer a determinadas personas, actividades o zonas de un país, aunque su finalidad principal es evitar que posibles aumentos lleguen a los consumidores finales de los productos, bienes o servicios, y así proteger la economía nacional.
Un subsidio es la diferencia entre el precio real (mayor) de un bien, producto o servicio en el centro de producción y el precio real (menor) cobrado al consumidor en el mercado.
En el subsidio directo se paga una parte a algunos consumidores. En el mejor de los casos, este subsidio aparece dentro de la factura como una rebaja al precio normal, señalando quién lo paga y cuál es la base del cálculo.
Es importante que un subsidio cubra el ciento por ciento de los productos y bienes cuya importación ha sido sustituida por la producción nacional en lo que respecta a unidades; y en lo que se refiere a valores, el subsidio debe cubrir el excedente de lo que se invertiría en su importación para evitar su carestía y escasez, y que el remedio de fomentar la producción nacional sea peor que la enfermedad de seguir importando a precios altos.
Atentamente
Ec. Ángel Calderón Mayorga