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El Telégrafo

Cartas al Director

03 de noviembre de 2011 - 00:00

Señores de El Telégrafo:

Con desazón veo una noticia que falta a la verdad, esto sucedió en la edición del  lunes 31 de octubre, en la página 2, sobre que supuestamente los “más capacitados” cubrirán las vacantes que queden en las entidades estatales.

De los procesos vistos en varios ministerios esto no es así, las personas que han captado los puestos más altos han colocado a sus parientes, no hay tal meritocracia ni “rigurosos” concursos.

La lógica de “reducir el tamaño del Estado” nos lleva a los peores tiempos del neoliberalismo; además, el Estado como concepto jurídico no se reduce, lo que se reduce es el número de servidores públicos en todo caso, lo cual, visto que han o hemos subido de 300.000 a más de 1’200.000 desde el 15 de enero de 2007, parecería contradecir esta lógica (en este valor incluidos policías, militares, médicos, profesores y demás servidores públicos).

La ley establece claramente cómo combatir la corrupción y no se la hace sacando profesionales buenos. Sería ilógico que se indemnice a un corrupto, por ende por ahí no va la cosa, ni siquiera es una selección ideológica sino simplemente de “quereres”, de empatías o de funcionalidades a quien ejerce el poder circunstancialmente en una institución, muchas de las personas a las que se sacará lucharon por la Revolución Ciudadana, inclusive tragando gas y hasta hace poco el 30 de septiembre y en la conmemoración de un año de esta gesta trágica.

La transformación del modelo de gestión burocrática no seguirá los principios establecidos en la Constitución como erradamente se dice en esta noticia, no mejorará la prestación de servicios acercando el Estado a la ciudadanía.

Estado somos todos y lo que quisieran es acercar los trámites a la ciudadanía, pero la demora no es por los mandos medios o los técnicos, peor de la gente de base, es por la falta de firmas de asesores, subsecretarios, ministros, etc., e inclusive directores, es decir personal político o de libre remoción que muchas veces no son ejecutivos o no firman quién sabe por qué (¿podría ser que quieren cierto tipo de prebendas, canonjías o inclusive “mordidas” como llaman en México?).

Si este medio quiere informar o comunicar, representando a la ciudadanía, debería ser más objetivo y no solo
presentar el punto de vista oficial o de la autoridad sino de las masas o de las bases para no caer en los mismos
vicios que hemos criticado a los medios privados que defienden intereses de grupos empresariales.

Atentamente

Santiago Salazar C.
C.C. 170669191-0

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