Tiempo de solidaridad

Ayer era tu amante enternecido, hoy solo soy tu amigo de ocasión. Así como el bolero de nuestro querido Olimpo Cárdenas, ayer éramos un país unido, solidario, capaz de extender la mano a nuestro prójimo. Así lo demostramos, pues en un abrir y cerrar de ojos nos movilizamos y ayudamos a nuestros hermanos que cayeron en desgracia.

Sin embargo, hoy a la distancia veo con gran tristeza que muchos critican las medidas emergentes -temporales-, tomadas por nuestro Gobierno. ¿Dónde quedaron nuestras ganas de apoyar? ¿Con quién huyó nuestra voluntad de salir adelante?

Unas pocas horas fueron suficientes (desde el anuncio de las medidas emergentes) para darme cuenta de que estaba rodeado de tantos amigos ‘millonarios’, que iban a ser afectados con la ‘inmensa’ contribución única del 0,9%. Por favor, tengamos un poco de sindéresis: ¿cuántos ecuatorianos tienen un patrimonio superior a un millón de dólares?

De igual manera, ¿cuántos ecuatorianos se oponen a contribuir con un día de su sueldo? Yo diría que, dado el elevadísimo número de voluntarios que acudieron a la zona del desastre, para apoyar en diversas labores, los ecuatorianos tenemos un gran corazón y deseamos colaborar.

Y como todos somos actores, el Estado (autoridades involucradas), como principal administrador de nuestros recursos, está obligado a usar correctamente el dinero recaudado, mediante la aplicación de dichas medidas y optimizar su estructura para sostener la económica actual.

En fin, luego de semejante tragedia, como compatriotas, necesitamos reflexionar y pensar en el bien común. Debemos dejar de lado ideologías políticas y sectarismos.
Ahora, más que nunca, necesitamos trabajar mancomunadamente. Y, sobre todo, vivir un tiempo de solidaridad.

Patricio Zamora A.

La protección de los más vulnerables es la prioridad

Unicef apoya al Gobierno ecuatoriano para atender la emergencia y paliar las consecuencias de los miles de niños y sus familias que viven en las zonas afectadas por el terremoto. Tras la declaración del estado de emergencia en seis provincias, nuestro personal se ha desplazado a Pedernales, la más afectada por el terremoto, para evaluar junto con la Organización Panamericana de la Salud el impacto y las necesidades de la población, principalmente de los niños, niñas y adolescentes, así como de sus familias. Adicionalmente se brinda ayuda en los albergues, con la colaboración de expertos de comunicación comunitaria y psicosocial de Unicef, en apoyo al Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES). Este es el terremoto más fuerte que ha sufrido Ecuador en décadas. En estas circunstancias, la protección de los más vulnerables debe ser una prioridad, tanto para minimizar el impacto como para paliar el trauma que una situación así provoca.

Comunicado oficial de Unicef