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Quito, 10 de septiembre de 2016
Soy Jaime Ramiro Tello, director ejecutivo de la Fundación para la Comunicación Ciudadana, que agrupa a muchos exmilitantes de las izquierdas ecuatorianas, aquellos que fuimos expulsados o salimos asqueados de ver tanta traición de una dirigencia sin principios y nos pronunciamos en temas políticos y de coyuntura.
He leído con gran interés sus análisis y comentarios sobre una amplia temática y me parece un trabajo muy importante y necesario, respecto del llamado “golpe blando”, estrategia que se impulsa en países latinoamericanos que tienen gobiernos contradictorios con el imperialismo norteamericano.
Permítame expresarle las opiniones de la Fundación para la Comunicación Ciudadana. Los llamados golpes blandos vienen de hace tiempo, desde el inicio de la Revolución Ciudadana.
En el análisis de la situación política que en 2007 hacíamos, concluíamos que el imperialismo estaba movilizando sus voceros y que serían los medios masivos privados los que se pondrían a la cabeza de la oposición, iniciando una furibunda campaña de carácter ideológico en contra de cualquier posibilidad de cambio en el “statu quo”.
Frente a esto elaboramos un plan que combatiría la actividad de los medios con sus mismas armas, es decir con comunicación, mejor dicho con educación, y lo llamamos Proyecto de educación política masiva, canalizado a través de otro proyecto nuestro el periódico “El nuevo Ciudadano”. Estamos convencidos de que la única manera de destruir una campaña de mentiras y desinformación es dándole al pueblo las herramientas que necesita para analizar correctamente la situación económica, política y social, consecuentemente con ello sea ese pueblo quien saque sus propias conclusiones y pueda identificar a sus enemigos. En otras palabras quisimos dar conciencia política a la gran mayoría de los ecuatorianos.
Con este proyecto empezamos en 2007 a recorrer por un sinnúmero de asesores presidenciales, de ministros, ministros, viceministros, subsecretarios, conocidos, etc. tratando de llegar a ser escuchados por el Presidente. Contrariamente a lo que se piensa, muchos de los más altos funcionarios del Gobierno estaban advertidos desde hace nueve años, de que esta estrategia estaba en marcha y no hicieron nada para evitarlo.
Cuando lo escucho entrevistando a funcionarios del régimen y estos quejarse de la oposición que tienen que enfrentar, me convenzo más de la necesidad levantar una verdadera organización política de izquierda y popular que luche realmente por los intereses del pueblo. Este no es un problema de “estrategias de inteligencia” solamente.
En América Latina, particularmente en Brasil, Argentina, Venezuela, así como en nuestro país, se comprueba un desprecio del papel que debe jugar el pueblo, como verdadero motor dialéctico de la sociedad para sus propios procesos de liberación, sustituyéndolo por el accionar irrefutable de unos cuantos iluminados, dando como resultado un paulatino alejamiento del verdadero papel histórico de ese pueblo, con previsibles consecuencias electorales, como se pudo comprobar en el anterior proceso eleccionario.
Pienso que los periodistas ecuatorianos progresistas tienen un deber para con su pueblo, y este es el de abrir sus ojos y su mente y los del público al que se dirigen, para que sea capaz de encontrar su propio camino. (O)
Jaime Ramiro Tello