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Señor licenciado
Orlando Pérez
Director de diario EL TELÉGRAFO
Presente.-
De mis consideraciones:
Ante la ola de protestas de grupos de militares en servicio pasivo y de quienes les respaldan, como son algunos periodistas llamados ‘independientes’, pido muy respetuosamente al señor presidente de la República, economista Rafael Correa y al señor ministro de Defensa, economista Ricardo Patiño; se realice una campaña que ponga en conocimiento de los quince millones de ecuatorianos, y de manera particular de los señores militares y periodistas -por si no lo recuerdan o no lo conocían- el Numeral 16, del Artículo 147 de nuestra Constitución ecuatoriana vigente, cuya letra dice:
Art. 147.- “Son atribuciones y deberes de la Presidenta o Presidente de la República, además de los que determine la ley:
16. Ejercer la máxima autoridad de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional y designar a los integrantes del alto mando militar y policial”.
Creemos firmemente que la difusión de este numeral es muy necesario para que la ciudadanía esté clara de tal situación y de ninguna manera acepte falsedades como las que se levantan en el sentido de que “la democracia está en peligro”. Los ecuatorianos -en su mayoría felizmente conscientes- respaldamos las decisiones del señor Presidente en cuanto a manejar estos asuntos con justicia, y más aún si objetivamente consideramos los grandes privilegios para grupos determinados y para quienes han producido en lo material e intelectual con años fecundos de estudios académicos, de investigación de especialización y han entregado sus vidas a ocupaciones y profesiones realmente sacrificadas en favor de la sociedad, en su mayoría, entregando con verdadera vocación largos años de servicio (entre cuarenta, cincuenta o más ) a la colectividad.
Y nos preguntamos, ¿qué beneficios reciben en su vejez? ¿A cuánto asciende la pensión de un jubilado civil, por más que haya demostrado las mejores cualidades y haya colaborado en situaciones importantes para el país? Médicos, abogados, educadores, constructores, y más. ¿Es justo que haya tan evidentes diferencias en los montos de pensiones, si todos somos iguales ante la ley? (O)
Gracias.
Guadalupe de Terán