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Quince vidas humanas se perdieron en un trágico accidente de bus, cerca de Alóag, en la ruta Manta-Quito. Y este sería un accidente más, de los muchos que a diario ocurren en nuestras carreteras, si no fuera por un curioso dato que en la edición del domingo 9 de noviembre publicó diario El Comercio, y es “10 defectos peligrosos tenía el bus accidentado”.
“Tenía 13 defectos, 10 de estos considerados ‘peligrosos’. Entre los más graves hay deficiencias en la eficacia del frenado, mala visibilidad a través de los cristales y más de tres fijaciones deterioradas. El plazo para reparar esos daños se vencía el 31 de diciembre próximo”.
Me llama poderosamente la atención que un bus de transporte interprovincial que opera en condiciones en las cuales el menor defecto puede dar origen a un accidente, sea autorizado a seguir operando con defectos peligrosos y darle un plazo para que los arregle. Lo lógico es que los arregle primero y luego se extienda el permiso para operar.
Creo que este punto merece ser tomado en cuenta por los medios de comunicación para inducir a que las autoridades respectivas modifiquen el procedimiento y no sigamos arriesgando nuestras vidas los ecuatorianos que, como quien esto escribe, nos vemos forzados a usar el transporte interprovincial con frecuencia.
Muchas gracias por su atención.
Pablo Jaramillo