La marchista Magaly Bonilla sufrió una decepción que en poco tiempo se transformó en ilusión. Solo 8 segundos la separaron de su primera clasificación a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, luego del Trial Americano de Marcha que se disputó en octubre del año pasado en Nueva York.

La tristeza se convirtió en alegría en enero de este año, cuando por un cambio de marcas por parte de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés), la ambateña confirmó su clasificación a Río.

La IAAF modificó la marca base de los 20 kilómetros marcha de 1 hora 35 minutos a 1 hora 36 minutos, por lo que con su registro de 1 hora 35 minutos y 8 segundos, se convirtió en la segunda marchista nacional en clasificarse, después de la cuencana Paola Pérez.

“Ese cambio me dio mucha felicidad y también tranquilidad, porque ya no necesitaba de otro evento para poder calificar. Siempre me preparé para estar en unos Juegos Olímpicos  y poder estar ahí es algo muy motivador”, comentó la deportista de 24 años.

Ella prácticamente no participó en otras pruebas del ciclo olímpico y aun así pudo lograr uno de los cupos para su especialidad. Compitió en los Juegos Bolivarianos que se realizaron en Trujillo, Perú (fue sexta), no pudo estar en el Sudamericano ni en los Panamericanos, por una reducción en los cupos de la competencia, a pesar de que tenía la marca para asistir.

Pero para asistir a Río de Janeiro no irá de manera improvisada y se alista de forma intensa. De lunes a domingo se entrena 5 horas diarias, en las que combina ejercicios físicos, con natación y evidentemente marcha. En cada sesión recorre entre 18 y 22 kilómetros durante sus entrenamientos en diversas localidades de Cuenca.

Aprovecha siempre los descansos que tiene, pues las jornadas de práctica son extenuantes y no se detendrá hasta cuando deba viajar a Río con la delegación ecuatoriana.

Suele coincidir con Pérez, la otra clasificada a los Juegos Olímpicos en los entrenamientos en Cuenca y con quien tiene una gran relación. Ella es apenas 2 años mayor, con más recorrido, por lo que Magaly aprende de su experiencia.

Pero además de las prácticas diarias, Bonilla asistirá a 2 competencias internacionales el próximo mes. Participará en las pruebas en Roma, Italia y también en la Coruña, España, por esa razón estuvo en la capital la semana pasada para obtener el visado para ingresar a Europa.

Hoy tiene 24 años y ha dedicado la mitad de su vida a la marcha, un deporte que la acogió cuando cursaba el colegio. Primero empezó con las carreras de fondo, pues su resistencia física le permitía correr distancias largas, y fue ahí cuando un profesor de la escuela la instó a que pruebe con la marcha.

Desde entonces no ha parado con ese deporte y ha destacado en diversas competencias a nivel internacional. Ahora en los olímpicos se ilusiona con una buena actuación; no se impone un límite en el tiempo: “En una competencia nada está dicho. Van a ser unas condiciones muy fuertes en Río de Janeiro. Mis marcas han mejorado mucho y aspiro a estar entre las 20 mejores de la competencia”.

Cuencana por adopción

Bonilla está radicada en Cuenca hace un año, donde estudia la carrera de Cultura Física en la Universidad Politécnica Salesiana. Le resta un año para graduarse y ha sido una tarea dura compartir sus estudios con los entrenamientos.

“Tengo apoyo de las autoridades para ausentarme cuando hay competencias fuera del país. Es sacrificado porque tengo todo el día copado con los entrenamientos y luego con las clases”, agregó.

En la parte deportiva, la marchista está ahora federada por Azuay, pues se acogió al libre tránsito luego de que no sintió el respaldo de la Federación Deportiva de Tungurahua a la que debía representar. Ella trató de que exista una mayor atención hacia su carrera deportiva, pero nunca recibió el apoyo de esa federación.

“Existieron muchos conflictos administrativos en mi provincia. Yo ya estaba viviendo en Cuenca y recibí el apoyo de la Federación del Azuay para los entrenamientos, entre otros aspectos. Por eso surgió el compromiso con esa provincia”, contó la deportista. (I)

DATOS

La deportista ambateña forma parte del Plan de Alto Rendimiento del Ministerio del Deporte y posee la beca B por su participación en Estados Unidos.

Bonilla logró el segundo lugar en el campeonato nacional en ese país y también su clasificación a los Juegos Olímpicos le permitió formar parte del plan, previo a la participación en Río de Janeiro.

Su actual entrenador es Julio Chuqui, de la Federación Deportiva del Azuay. También recibe indicaciones de Rolando Saquipay, también marchista y quien es su pareja en la actualidad.

El libre tránsito, al que se acogió Bonilla, está reglamentado en la Ley del Deporte y establece que es un derecho de los deportistas representar a cualquier organización deportiva en el lugar donde establezca su nuevo domicilio.