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El Telégrafo

Australia “abandona” del todo a Assange en su pedido de asilo político

Australia “abandona” del todo a Assange en su pedido de asilo político
04 de julio de 2012 - 00:00

Ecuador sí acepta el pedido de asilo

Julian Assange empaca sus pertenencias y en compañía de la embajadora ecuatoriana, Ana Albán, sale de la representación diplomática en Londres. Escoltado por Scotland Yard se dirige al aeropuerto de Heatrow. Allí despega rumbo a Quito en un avión enviado por el Gobierno Nacional.

Ya en la capital se reúne con el presidente Rafael Correa, quien recibe el respaldo de una serie de personalidades a nivel mundial...

Ese sería el mejor escenario para el país y para el propio Assange. Pero para que eso ocurra, primero el Gobierno debe otorgar al australiano el asilo político. Y además Gran Bretaña deberá conceder un salvoconducto que permita a Assange trasladarse desde la Embajada hasta la terminal aérea.

El diplomático Abel Molina cree en el principio de la extraterritorialidad. Explica que las embajadas, consulados, aviones, barcos y naves de guerra en el exterior son considerados territorio nacional, por lo que las autoridades inglesas no pueden intervenir o meterse.

Una opción planteada por Molina es que Inglaterra otorgue el salvoconducto a Assange si Ecuador acepta el asilo. El salvoconducto ocurre cuando el Estado asilante, en este caso Ecuador, acepta la solicitud, entonces la Cancillería entregaría un documento que lo certifica para luego pedir, formalmente, el salvoconducto.

Inglaterra simplemente podría no contestar la solicitud ecuatoriana y eso obligaría a Assange a permanecer en la Embajada por tiempo indefinido, incluso años. Y esa es una situación que, según fuentes diplomáticas,  Ecuador quiere evitar a toda costa.

Molina explica que aunque Assange es considerado delincuente político, quien cataloga el delito es el país que analiza el pedido de asilo. Por otro lado, la constitución ecuatoriana tiene un espíritu humanista y garantista de derechos. Justamente bajo este principio es que se acoge a miles de refugiados colombianos en territorio nacional.

La extradición a Suecia -de acuerdo al diplomático- es sólo una fachada para las intenciones políticas del gobierno estadounidense al verse descubiertos, además, en el sistema judicial sueco no es necesario tener evidencia del crimen para llevar a juicio, como es el caso de Assange con las supuestas violaciones.

Esta opinión la confirma uno de los miembros de Anonymous Operations Sweden (grupo mundial de “hacktivistas, versión Suecia) en una entrevista concedida vía Twitter.

“El gobierno sueco está trabajando codo a codo con EE.UU. (...) Si rechazan el asilo, se acabaría con el último rayo de esperanza para la verdad y la justicia. Por el momento hay un país que se destaca: Ecuador”, dijo el representante de Anonymous en el país escandinavo.

Que Assange viva en Quito, convertiría a la capital ecuatoriana en sede mundial de WikiLeaks. El australiano ha dicho que quiere continuar su misión en el país, lo que daría prestigio internacional a Ecuador. En la práctica sería un gran éxito político para el Gobierno, que dejaría sin piso las acusaciones sobre restricción a la libertad de expresión.

Pero en el plano de las relaciones internacionales, las cosas se complicarían. Los halcones norteamericanos presionarían a su Gobierno para castigar a Ecuador.

Ya el diario Washington Post pidió suspender las preferencias arancelarias y la presidenta del Comité de Inteligencia del Senado estadounidense, Dianne Feinstein, presionaría en ese sentido.

Y si un republicano alcanza la Presidencia de EE.UU., las sanciones serían una amenaza real.

 

Ecuador no acepta el pedido de asilo

El Gobierno ecuatoriano le dice no a Julian Assange y éste debe abandonar la Embajada de Londres. Allí, Scotland Yard lo detiene y a los pocos días es extraditado a Suecia. En ese país, o pasa tiempo indefinido preso o finalmente es enviado a Estados Unidos, donde podría pasar el resto de su vida tras las rejas.

El mejor de los casos es que en Suecia no se presenten cargos a Assange y éste quede en libertad. Y que Estados Unidos tampoco quiera su extradición; pero eso, en este momento, parece poco probable ya que Dianne Feinstein, la presidenta del Comité de Inteligencia del Senado ya ha pedido que se procese al australiano y el Departamento de Justicia de ese país confirmó que se lo investiga por el asunto de WikiLeaks.

Según la experta en Derecho Internacional, Renata Ávila Pinto, el temor de Assange de ser extraditado a Suecia y luego a Estados Unidos no es infundado. Esto se debe a que Suecia desde 2000 ha extraditado a todos quienes han sido requeridos por los norteamericanos. Además, el Gobierno sueco posee como un pésimo antecedente haber repatriado a dos refugiados egipcios, en donde enfrentaron la tortura.

“Suecia y Reino Unido son aliados militares de Estados Unidos. Los documentos publicados por WikiLeaks tuvieron un enorme impacto positivo para la reducción de la presencia militar y el resurgir de los movimientos civiles alrededor del mundo. Sin embargo, reducir ejércitos y armamento tiene un impacto adverso para quienes se benefician del enorme conglomerado de la industria armamentista alrededor del mundo”, mencionó la experta.

Marcello Ferrada de Noli, uno de los fundadores del Movimiento Revolucionario de Izquierda (MIR) durante la dictadura de Pinochet, corrobora la postura de Ávila y considera cuatro aspectos que Ecuador tendría que pensar si decide rechazar la solicitud de asilo de Julian Assange: la situación en la cual se encontraría como prisionero en Suecia, su estado respecto a la eventualidad de abrirse un proceso legal, la posición de Assange en términos de su “seguridad legal” o el respeto de sus derechos humanos y el riesgo de extradición a los EE.UU., que puede ser un asunto legal o “extra-legal”.

La Agencia Latinoamericana de Información (ALAI) comenta que el juicio por el que es requerido Assange no tiene evidencias ya que las dos mujeres que lo acusan aceptaron mantener relaciones sexuales. Lo que llama más la atención -según comentó el representante de ALAI- es que cuando la primera fiscal, Maria Kjellatrand, no encontró pruebas sobre las supuestas violaciones, el abogado acusador y portavoz del Partido Socialdemócrata, Claes Borgstrom, buscó una fiscal entre sus contactos. Esa fue Marianne Ny quien dictó la orden de detención y alertó a Interpol sobre Assange mientras él se hallaba en su residencia en Inglaterra.

Miembros de ALAI creen que en caso de que Rafael Correa niegue el pedido de asilo, perdería la reputación que ha obtenido durante su período presidencial ante los diferentes movimientos sociales a nivel mundial.

Justamente la fotografía de Assange saliendo de la Embajada y, poco después, siendo esposado por la Policía inglesa se convertiría en un lastre para la Presidencia de Rafael Correa.

El reconocimiento de movimientos sociales, que ha ganado Correa en 5 años de gestión se esfumaría en unos minutos. En definitiva, su liderazgo se vería mermado.

No obstante, como dice uno de los miembros de Anonymous Suecia que no quiso ofrecer su nombre a este Diario, “pienso que Ecuador ya ha tratado con los EE.UU. antes y ganó”.

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