Pésima Noticia
En general mis comentarios tienen que ver más con lo positivo que con lo negativo, sobre todo cuando tocamos temas como la productividad del Ecuador, que se transforma en el líder de exportaciones de camarón, por ejemplo, o en los avances en otras exportaciones como banano, chocolate o rosas.
Sin embargo, hoy otra noticia nos sacude, cuando expertos internacionales determinan que el Ecuador es el líder mundial de exportación de cocaína, pese a que no es un gran productor de esta mortal sustancia. Y, por supuesto, no es una noticia de la que debamos sentirnos orgullosos, sino más bien angustiados frente al avance del crimen organizado en el país.
La verdad es que en estos últimos años la situación se ha ido degradando, gracias a diversos factores, unos que tienen que ver con nuestro gran litoral, o las facilidades que ofrece el puerto de Guayaquil, por el que transitan la mayor parte de envíos de la droga, pero también tiene que ver con la permisividad de nuestras leyes y la corrupción del aparato judicial, que se vuelven facilitadores de los criminales que han tomado por asalto el territorio de nuestro hermoso país.
Y con esta actividad ilícita vienen otras, que van también acompañadas con el aumento de la violencia y que nos dejan inermes frente al avance del crimen organizado que recluta niños y jóvenes de los barrios miseria, de la ruralidad, para transformarlos en vendedores de drogas, en sicarios, en cobradores de vacunas, en carne de cañón que luego son los primeros en caer en las redadas policiales y militares y también en ser asesinados por el choque de bandas criminales.
Estas actividades transforman a las calles en campos de batalla, pervierten a la sociedad, hacen que el dinero sucio del narcotráfico permee a diversos estamentos del poder público y ocasiona que las personas vivan angustiadas por la violencia y por el futuro de las familias y de la sociedad en general.
Hay acciones inmediatas como la participación de las fuerzas armadas en el control del orden, pero hay otras de más aliento que tienen que ver con la oferta de oportunidades reales de mejoramiento a las familias de más escasos recursos y el poder sanador de la educación y la cultura, que toman tiempo, pero que son mucho más eficaces en la lucha contra las problemáticas descritas.