Algún despistado sostenía que la inseguridad ciudadana que se vivía en la administración correista era simplemente una percepción social, algo así como una sensación no confirmada de una situación concreta, un quizá este pasando, más pasado el tiempo, y luego del morenato, y como legado de los gobiernos que le precedieron, el del presidente Lasso recibió un país, cuyos niveles de inseguridad ciudadana han crecido exponencialmente, no solamente por el gravísimo problema del narcotráfico, al que el mandatario se ha referido en un llamado a concertar a todo el país para enfrentar el hecho, así : “Más allá de nuestras diferencias puntuales, todos los sectores sociales y políticos debemos trabajar en absoluta unidad, porque en las calles del Ecuador hay un solo enemigo: el narcotráfico y es que en los últimos años el Ecuador ha pasado de ser un país de tráfico de drogas a uno que también consume drogas. Esto no solo se refleja en la cantidad de drogas consumida en nuestro país sino en la cantidad de crímenes que hoy tiene relación directa o indirecta con la venta de estupefacientes Cuando el narcotráfico crece, aumentan también sicariatos y homicidios, robos a domicilios, vehículos, bienes y personas. De hecho, más del 70% de las muertes violentas que hoy ocurren en Guayas está de alguna forma relacionada con el tráfico de drogas”
Consecuente con su preocupación y en como medida preventiva el presidente declaro en Decreto Ejecutivo No. 224, la noche del 18 de octubre 2021, “el estado de excepción por grave conmoción interna en todo el territorio nacional por el plazo de 60 días” vigente desde la suscripción del mismo.
Serán las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, las encargadas de llevar a efecto los controles que correspondan para que los ciudadanos vivamos con mayor seguridad. El constitucional Decreto del presidente Lasso, resulta una medida preventiva, dentro del Estado de Derecho que permite acciones excepcionales y preventivas de control del orden y seguridad pública que frustren el cometimiento de delitos tales como movimientos sediciosos, invasión a ciudades, terrorismo urbano, control de armas, inspecciones, patrullajes las 24 horas del día, requisiciones de drogas, aprehensión de personas con plena sujeción al debido proceso y de ser del caso y dentro de las normas vigentes del uso progresivo de la fuerza señalados en la ley” entre otras variables propias de la excepcionalidad.
El Foro de Profesionales Latinoamericanos de Seguridad ha recomendado 18 medidas concretas para mejorar la seguridad ciudadana considerando que:
“La inseguridad ciudadana amenaza la calidad de la democracia y la propia gobernabilidad y para enfrentar este fenómeno se debe tener una visión de conjunto y de largo plazo donde las causas son un factor que se tienen que trabajar en forma paralela a sus efectos.”
Los diseños y estrategias deben ser aplicados a cada realidad; sin embargo, hay propuestas que si se pueden tomar en cuenta para adaptarlas.
Dieciocho medidas concretas para mejorar la Seguridad Ciudadana
1. Promover una justicia cercana y eficiente a la comunidad. 2. Mejorar los sistemas e infraestructuras carcelarias.3. Depuración de los malos elementos de seguridad pública y justicia.4. Profesionalización y capacitación de la policía.5. Control interno y externo del desempeño policial.6. Información oportuna y rigurosa sobre las ocurrencias delictivas.7. Priorizar prevención vs. represión.8. Atención social prioritaria a la juventud.9. Un trabajo planificado en la violencia intra familiar.10. Combatir en forma enérgica la micro comercialización de drogas.11. Erradicar los puntos de ventas de artículos robados.12. Recuperación de los espacios públicos.13. Diseñar programas específicos involucrando a cada gobierno local.14. Contar con un eficiente sistema de denuncias de delitos, este debe ser gratuito.15. Aumentar la efectividad de los procesos judiciales.16. Recuperar la confianza en las autoridades.17. Sensibilizar a la población para promover acciones preventivas y convivencia pacífica.18. Focalizar los delitos, implementando estrategias por localidad.”
Como queda señalado el “estado de excepción” era esperado y es bien aceptado por los ciudadanos, sin embargo, la calentura no está en las sábanas, las medidas transcritas y sugeridas son tarea del Estado y sus poderes. El trabajo entre ellos ha de ser coordinado y no sectario, tan sectario como para devolver proyectos de ley sin facultad para ello y sin al menos haberlos leído.