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Las máscaras y trajes que usan los bailarines cuestan desde $ 50

Píllaro recibe el 2015 con 3 mil diablos en sus calles

Los ‘diablos’ infunden terror a los espectadores con sus máscaras y, a la vez, los hacen reír con sus bailes. Foto: Roberto Chávez / El Telégrafo
Los ‘diablos’ infunden terror a los espectadores con sus máscaras y, a la vez, los hacen reír con sus bailes. Foto: Roberto Chávez / El Telégrafo
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Como es costumbre, del 1 al 6 de enero los pillareños y miles de turistas  se reúnen en el centro del poblado para dar la bienvenida al nuevo año con un colorido, multitudinario y alegre desfile. Un aproximado de 3 mil danzantes participarán este año en la tradicional ‘diablada’ de Píllaro, cantón ubicado a 30 minutos de Ambato.

El primero de las 6 paradas inició ayer a las 14:15. Los visitantes observaron las comparsas desde varios puntos, entre ellos el Parque Central, la plaza 24 de Mayo y los alrededores del edificio municipal.

A su paso por estos lugares las bandas de pueblo arrancaron entre los asistentes aplausos, sonrisas y demás muestras de alegría.

El vestuario

Desde muy temprano los danzantes acudieron a los talleres del cantón para adquirir los trajes de huarichas, capariches, demonios menores y brujas, con los que recorren 5 kilómetros desde sus barrios hasta el parque principal.

“Pese a que los pedidos del vestuario y caretas se hacen durante todo el año, la demanda toma fuerza  la segunda semana de diciembre. En casi todas las sastrerías la entrega se hace la mañana del 1 de enero, pues esa es la tradición”, dijo Mario Velasteguí, artesano pillareño.

En su local se elabora desde hace 50 años las monstruosas máscaras y  los coloridos trajes, cuyos precios varían entre $ 50 y $ 900, y $ 30 y $ 100, en ese orden.

Lo que más llama la atención a propios y extraños es el ingenio con que se elaboran las caretas. En su fabricación se utilizan cuernos de toro, cabra, borrego y venado, pues el objetivo es crear la imagen de un  demonio. De igual forma se la  ‘adorna’ con orejas, cascos, piel y ojos de estos animales.

“Mientras más miedo cause mejor, el antifaz más horripilante es el  más aplaudido”, añadió Velasteguí, quien paradójicamente elabora tanto la  indumentaria de ángeles para Navidad como trajes de demonios para esta fiesta. Dependiendo del tamaño, diseño y número de cuernos, el tiempo mínimo para su elaboración es 2 meses.

La mayoría de bailarines son chicos de entre 18 y 30 años. Ellos cuentan con la aprobación de sus padres y suelen seleccionar la música con la que bailarán desde mediados de noviembre. “Los bailes no son difíciles pues cada personaje sigue el ritmo e improvisa sus propios pasos, la idea es hacer reír a la gente con originalidad e ingenio”, dijo Jorge Martínez, madre de un danzante.

El recorrido

Florencio Vernaza, gestor cultural del Municipio, explicó la ruta que el desfile tendrá durante los 6 días. “El recorrido inicia en los propios barrios. De allí salen a la plaza 24 de Mayo, donde en orden de llegada los participantes continúan de forma aleatoria por el centro, de modo que los pillareños puedan observar el recorrido completo desde sus ventanas”, dijo.

La tarima principal, donde antes del desfile se montó una feria de máscaras, disfraces y libros, está ubicada en la parte frontal del edificio municipal. Allí un fuerte contingente policial resguarda la seguridad de los asistentes.

Los barrios que este año participan son Tunguipamba, Rocafuerte, Guanguibana, La Florida, Nuevo Rumihuaico, Cochalo, Robalinopamba, San Vicente Quilimbulo, Tres Esquinas, Chacata El Carmen, Guanguibana La Paz y San Andrés.

En una humilde casa de este último sector los preparativos de la celebración iniciaron a las 04:00. Allí los 8 hijos del matrimonio Pérez-Fernández dejaron todo a punto para después de la alegre parada  invitar a un aproximado de 500 personas a su casa y continuar la fiesta.

“El desfile solo es una invitación a los moradores del centro y turistas para las celebraciones barriales. Una vez allí, cada familia entretiene, alimenta y da de beber a sus invitados”, dijo Luis Lara, maestro e historiador pillareño.  

Desde ayer hasta el próximo martes se prevé que 35 mil turistas de diferentes países lleguen al cantón.

DATOS

Algunos pillareños residentes en Italia, España, Estados Unidos y Francia donan una parte de sus ingresos a sus familiares para financiar la fiesta en los barrios.

Los turistas nacionales con mayor presencia en la ‘diablada’ son guayaquileños. Ellos deciden pasar la noche de fin de año en ciudades cercanas como Ambato, Baños y Puyo, y se trasladan el 1 de enero al cantón.

Otros atractivos de Píllaro que los turistas pueden visitar son el museo de Rumiñahui, el templo lunar en la parte alta de Poaló, los criaderos de trucha y tilapia, restaurantes y hosterías de gastronomía local.

Allí el plato tradicional es el ‘pato al lodo’, especialidad culinaria propia de la cultura Panzaleo y que consiste en carne de esta ave cocida en un bloque de tierra propia de Los Llanganates, sin sal ni otras especias.

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