Él es el último kichwa cañari que maneja los telares en la comunidad Manzanapata, en el cantón Cañar. Este oficio lo aprendió de su padre a los 7 años.

”El taita Carnaval” de Cañar, “El desfile del río Gualaceo” y el “Upano Fest” están listos para acoger a turistas nacionales y extranjeros en el próximo feriado.

Los complejos arqueológicos de Ingapirca y Cojitambo han preparado una amplia agenda para compartir una ancestral festividad dedicada al sol y al maíz.

Los cantones que trabajan en mancomunidad generan alrededor de 40 toneladas diarias de desechos que son manejados en un relleno sanitario.

Antes de la llegada de los españoles, los nativos cañaris se amparaban en los conocimientos adquiridos en el diario vivir. Hubo la costumbre de recurrir a los policultivos, es decir la siembre de varias especies.

El telar de cintura fue usado por las civilizaciones precolombinas de América. En Azuay y Cañar, los cañaris eran expertos en la confección de ponchos, paños y fajas; era un oficio para mujeres y hombres.