La creatividad y la intención de reciclar son esenciales para este fin. Las llantas usadas de automóviles, que, por lo general, la gente las quema, causando contaminación al medio ambiente, para ellas son útiles y hasta les dan la posibilidad de elaborar muebles que garantizan comodidad.

Liliana Estrella, Adriana Espejo y Paola Saltos, alumnas del séptimo ciclo de la carrera de Contabilidad y Auditoría, de la Universidad Politécnica Salesiana, participaron de una casa abierta, que se efectuó en esta institución. En el evento se exhibieron distintos muebles elaborados con neumáticos de diferentes tamaños, complementados con madera y tela, para darles un toque más estético. Se trata de mobiliarios de sala y dormitorio. Estos son fabricados de una manera simple, pues lo único que se necesita para dejarlos a punto, según sus diseñadoras, es ruedas usadas de vehículos, que no estén demasiadas atrofiadas, más tela de tapizado, madera, vinchas y silicona.

“Nuestra intención es ayudar a la disminución de la contaminación por la quema de llantas, la tala de árboles y darle a la gente la oportunidad de comprar muebles a un precio cómodo, que les pueden servir para adornar la sala o el dormitorio”, advierte Liliana.

La estudiante comenta que para finalizar su mueble esquinero de sala, requirió dos neumáticos, uno colocado sobre otro. Luego, para evitar que los agujeros causen incomodidades, los tapó con bases de plywood y forradas de esponja. Finalmente, con la ayuda de vinchas de seguridad, logró realizar el tapizado del producto.

Su compañera, Adriana Espejo, en cambio, elaboró un mueble central, con la ayuda de una sola llanta. Para darle un toque elegante a este, utiliza metros de soguilla para forrarlo con silicona, lo cual garantiza su durabilidad.

“La inversión que se hace para la elaboración del bien es de unos $35 y se los puede vender a unos $45, lo cual nos garantiza rentabilidad. Para fabricarlos necesitamos de unas seis horas diarias”, confiesa.

Además de estos productos, que se los comercializa en Argentina, las estudiantes utilizaron las ruedas para la producción de macetas de plantas.

Otros proyectos
Si bien las gomas pueden servir, a más de reciclarlas, para dar un ambiente de comodidad a los hogares, el proyecto de Priscila Alvarado, Gabriela Carpio y Andrés Campoverde, plantea una idea similar, aunque con botellas de vidrio.

Estos alumnos idearon la producción de adornos de sala, comedor y dormitorio, para los cuales requieren, no solo de los envases de ese material, sino pintura, cajas de madera, envejecedor, betún de judea, laca, craquelado, servilletas, goma y agua. Con la mezcla de estos componentes, el resultado del producto son formas de caras y esculturas de colores pálidos y vivos adheridos a las botellas, que se pueden colocar en las mesas céntricas de la sala y comedor, así como en el velador.

También hacen las mismas formas sobre cajones de madera y plywood. “Para la elaboración de estos adornos se necesita unos $8, pero los podemos vender a $15. Con los cajones de madrea, en cambio, se invierten unos $15 y se puede obtener una ganancia de hasta un 80%”, comenta Carpio.

Alvarado considera que cada uno de estos objetos le toma una media hora para su preparación y va dirigido a un público de una posición económica media baja.