Ecuador, 28 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

El calzado cuesta desde $100 hasta $ 200. es elaborado con charolina, un material de tela brillante

‘Don Bota’, el zapatero de Quito que sueña con filmar su propia película (Galería)

‘Don Bota’ se inició en el oficio de confeccionar ropa y botas para las trabajadoras sexuales en su taller en la av. 24 de Mayo, junto a los lugares de tolerancia. Foto: María Elena Vaca/ El Telégrafo
‘Don Bota’ se inició en el oficio de confeccionar ropa y botas para las trabajadoras sexuales en su taller en la av. 24 de Mayo, junto a los lugares de tolerancia. Foto: María Elena Vaca/ El Telégrafo
25 de febrero de 2015 - 00:00 - María Elena Vaca

No recuerda la última vez que miró una película pornográfica, al menos eso dice, porque una sonrisa de medio lado -que aprieta con los dientes para que no estalle- y el tono rojo de sus mejillas quemadas por el sol lo delatan.

Eduardo Cando se queda callado, baja la mirada y sigue echando un vistazo a un ‘figurín’, como llama a una revista con fotos de chicas con ropa discreta, que guarda en su taller en Guajaló, en el sur de Quito.

Hablar de su trabajo aún lo ruboriza. El pillarense de 37 años es zapatero y desde hace 14 diseña calzado y ropa para mujeres que trabajan en clubes nocturnos (night clubs).

¿Cómo quieres el traje?, pregunta para romper el hielo, mientras en su cabeza empieza a dibujar las prendas, que seguro no se parecerán en nada a los garabatos que plasma con esfero azul en la cuadrícula de un cuaderno escolar.

Acabó la secundaria a distancia en Esmeraldas. En aquellos años buscaba aprender el oficio de la zapatería y no le importaba hacer de todo: zapatillas, zapatos deportivos, casuales... Tampoco le importaba dormir en los talleres, arrumando los manteles de los maestros zapateros. Y cuando no podía dormir se dedicaba a desarmar los zapatos que estaban hechos. Eso fue en Ambato. “Quería aprender”, recuerda. Tenía ya 2 hijas y una esposa, que más tarde serían las modelos de sus diseños.

Vuelve a mirar el ‘figurín’ y encuentra la creación que le obsesiona plasmar:una bota con taco de pistola. Incluso se imagina la corta indumentaria para ese traje (hilo y brassier) con balas de verdad.

“¿Cuál me pongo papi?”, interrumpe Anaís (16 años), la mayor de sus hijas, quien quiere modelar las botas que confeccionó su padre. Esa pregunta lo baja del sueño creativo -a ratos sensual- en donde incluso miró estrellas plateadas en las copas del brassier. Cierra el catálogo.  

“Ponte el negro, ese chiquito, tienes 10 minutos”. Le impone un tiempo, a pesar que dice no ser machista. ¿Qué pasaría si Anaís quisiera trabajar en un club nocturno? La pregunta lo desarma. Tartamudea. Toma aire y hasta encontrar una respuesta se refugia en el “este”, “bueno”, “verá”. Al fin dice:“Yo hablo con ella. Sería algo duro. Yo le digo lo que le podría pasar, es una profesión en donde los ‘chulos’ manipulan a las mujeres, les exigen trabajar para ellos, son explotadas”.

Anaís enciende el volumen de un parlante, que conecta en una computadora de consola. Mientras se cambia de ropa pone el vallenato ‘Amor de tres’. Ella baila con algunas cantantes profesionales en el grupo Impacto Latino. Por ahora prefiere la música. “Yo le enseñé a ganarse el dinero, cuando era pequeñita le decía baila esta canción de ‘Tañita’ Cardona y te doy $ 1, siempre lo hacía”, recuerda el hombre con orgullo. Anaís baila.

La ‘Chicholina’

En el barrio sureño El Conde nadie conoce a Eduardo Cando, pero cuando preguntan por ‘Don Bota’, todos señalan al taller, que se distingue por botas de todo tamaño y color que cuelgan de los ventanales.  

Las largas botas de night club están detrás; en la pared, junto a suelas de zapatos y miles de clavos grandes y pequeños. No las cuelga en los ventanales “porque este no es el lugar apropiado”, dice en voz baja.

Al hombre de tez trigueña y corte militar -porque en alguna época de su vida entró a la conscripción- se le iluminan los ojos al recordar su taller de la calle 24 de Mayo. Allí se inició. 

Fue cuando a los 23 años, una amiga de su exesposa, Genoveva Espinosa, le dio ‘posada’ en un zaguán. Llegó con una televisión, una cocina y una máquina de pedal y se instaló. En pleno centro de Quito funcionaban los night clubs Tango 1, Tango 2 y La Sirenita. Las sandalias de playa cambiaron por las largas botas de más de 75 centímetros (cm) de largo con tacos de 30 cm y el cuero o cuerina se transformaron en charolina, una tela de colores brillantes.

En uno de esos night clubs conoció a Geovanny, un quiteño que realizaba tatuajes a las trabajadoras sexuales de la zona. Una de sus amigas buscaba a alguien que supiera hacer botas. “No sabía hacerlo, pero me arriesgué, le dije que sí”. Su primera cliente tenía nombre artístico: ‘Chicholina’. Sí, así como la vedette y exdiputada italiana. “¿Qué será de la ‘Chicholina’, suspira, a pesar de que cuenta que no fue su novia. Pero la conoció muy bien y por ello describe a la guayaquileña con perfección: despampanante, con una cintura pequeña, calzado 38, llevaba teñido el cabello multicolor (rojo, rubio, blanco y negro), forrada de charolina. Por $ 80 le fabricó las primeras botas negras de ese material de más de 70 centímetros de largo y un taco de 30 cm.

Esa fue su primera creación, de la que ahora tiene reparos:“Le hice con una tela dura, la pobre chica no podía ni ponerse, fue una desgracia”, recuerda que pensaba mientras -con cerveza en mano- observaba a la ‘Chicholina’ mover las caderas en la pasarela.  Ella ni se percató de él; al son de la música ‘lentita’, iluminada su silueta por las luces, bailaba. Él la contemplaba desde la primera fila  y pensaba cómo hacer que su show sea perfecto. Fue cuando le fabricó otro par de botas, pero con estrellas plateadas. “Se iluminan bacanazo con las luces de neón”, afirma.

La ‘Chicholina’ fue quien llevó al resto de sus compañeras, quienes buscaron diseños más arriesgados. Le pidieron botas blancas con la bandera de EE.UU. y Brasil, rojas con estrellas, negras con grandes tacos, de leopardo, serpiente y con el logo de los equipos de fútbol. La más loca creación fue una bota de más de 70 cm de largo, que se enrollaba con cierres.

Gracias a la Chicholina no solo obtuvo clientas, sino que también surgió la idea de un guión para su propia película. Hoy sueña con filmarla.

Un día las chicas -como llama a las trabajadoras sexuales porque considera que “prostitutas es denigrante”- salieron de la avenida 24 de Mayo, . “Cerraron los locales de tolerancia y con ello se cerró el negocio”.

Siguiendo a las ‘chicas’ al norte de Quito, conoció los night clubs La Luna y Kasandra; y en este último fue Jorge, el propietario del lugar, quien lo bautizó como ‘Don Bota’.

“Llegó ‘Don Bota’ chicas”, les alertaba a sus muchachas para que compraran los zapatos. Ahí, en cambio, conoció a Alexandra, una muchacha de cabello rojizo -como la describe- que le motivó a fabricar indumentaria para los bailes.

Al terminar un show -recuerda-  le pidió a la joven de 23 años que le regalara la ropa utilizada. Con eso llegó a su casa e hizo los moldes. Empezó con la venta de combos: botas y traje a $ 100. “Las miraba bailar en el tubo y me imaginaba más diseños”.

Una luz de neón verde

“Tengo más de 100 chicas”, suelta, intentando desahogarse. Pero enseguida se retrae:“Son las clientas (...) ¡Ya sé por dónde va!”, increpa, aunque sin temor admite: “No soy santo”. Pero ahora se dedica a la promoción de artistas de tecnocumbia. Asegura que una vez le propusieron ser ‘chulo’ (acompañante de las trabajadoras sexuales), pero a pesar de tener deudas con el ‘chulco’ no se animó, aunque sabía cómo encaminar el ‘negocio’, pues cuenta que la mayoría busca a chicas del campo, a quienes engañan y luego meten al oficio.

En el segundo piso de la casa, que arrienda en el sur, están los trajes. Los cuelga hacia la ventana. Una luz de neón verde ilumina a los pequeños vestidos rojos, negros, plateados y dorados. También está un maniquí, que esconde sus ojos debajo de una gorra de Policía. No es la sala de una casa común, pues los muebles plomos con cojines negros están arrimados contra la pared adornada por grandes espejos. Allí está su hija Anaís, mirando su cuerpo. Eligió un brassier negro con apliques y lentejuelas. A ratos se exhibe, en otros, se amarra con fuerza la bata negra. Da la espalda al espejo. 

Un vuelco de 360 grados a su oficio

A pesar de que Don Bota se inició en la confección de botas para las chicas de night club, desde hace más de 10 años se dedica a confeccionar ropa y calzado para importantes artistas nacionales, entre ellos Angel Guaraca. En su taller, por ejemplo, tiene un par de botas negras con el escudo de Ecuador  de color negro y dorado, que entregará a un prestigioso cliente de EE.UU., quien le pidió que elaborara el calzado para él. También tiene chalecos de cuero para otro cliente que lo busca por la perfección de su técnica. Cando afirma que desde hace 10 años, por ejemplo, el artista Angel Guaraca y la cantante Tania Cardona lo buscan para que elabore su ropa y calzado. Sus creaciones han pisado con estos artistas -y muchos más- los más prestigiosos escenarios internacionales. 

De a poco su carrera da un vuelco de 360 grados y ahora busca incursionar como empresario musical con 2 grupos: Impacto Latino, en donde baila su hija, y Mafia Internacional, de varones, en donde hay incluso cantantes internacionales de Perú. La música es su pasión y por ello anhela que estos 2 grupos triunfen en el extranjero. 

DATOS

‘Don Bota’ busca filmar una película sobre su vida. Afirma que tiene listo el guión y conversó con la ‘Chicholina’, quien estaría interesada en actuar.

Hace un par de meses, la ‘Chicholina’ regresó de España en donde sigue trabajando en un night club. Tuvo una hija, que se parece a ella cuando era joven. Le prometió que actuaría si hace la película.

‘Don Bota’ no solo se dedica a confeccionar ropa para las trabajadoras sexuales. Trabaja con el artista Ángel Guaraca, desde hace 10 años, quien lo contactó para que haga la ropa (chalecos y botas) para sus shows. También hace ropa para otras artistas como Tania Cardona. Ahora está divorciado.

También quiere incursionar en la representación artística, en donde busca posicionar a los grupos de tecnocumbia Impacto Latino, de su hija; y Mafia Internacional, de varones.

Para estar siempre al día con lo último en noticias, suscríbete a nuestro Canal de WhatsApp.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media