Con organización es posible tener tiempo para lo que sea
Santiago Miño no entiende cómo muchas personas dicen no tener tiempo para ejercitarse, aunque sea por breves minutos una vez al día.
Lo menciona porque, en calidad de deportista de aventura, no recibe ninguna remuneración por entrenar ni competir.
Tampoco se la pasa todo el tiempo montado en una bicicleta o en largas sesiones de trote. Como cualquier ser humano, debe atender otras facetas de su vida.
Quiteño, de 43 años de edad, Santiago es diseñador industrial y labora en la empresa Octacorp. Sus trabajos están vinculados con campo
de la construcción.
Entre las experiencias que le agradece al deporte está haber conocido a su esposa, la estadounidense Stephanie Brazinsky, quien -como él- también es deportista de aventura. Todavía no tienen hijos.
Tener una pareja con la misma afinidad por las competencias le permite entrenar a plenitud. Desde 2002 sus prácticas las ejecuta a doble jornada, de 05:00 a 07:30 y de 17:00 a 18:30.
En sus ratos libres sale con su esposa, pero cuando se queda en casa le gusta oír música lounge y leer obras de ciencia ficción. El peor susto durante una carrera fue toparse de frente con un cocodrilo en Australia.