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El Telégrafo
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Década del 70, muy bien “monitoreada” por EE.UU.

Década del 70, muy bien “monitoreada” por EE.UU.
23 de abril de 2013 - 00:00

Un período marcado por el denominado “boom petrolero”, la crisis política y la protesta social, caracterizó a la década del 70, bajo la conducción de  los gobiernos militares de  Guillermo Rodríguez Lara y el Consejo Supremo (triunvirato).

El escenario político en el país a principios del 70 era turbulento. Gobernaba José María Velasco Ibarra en medio de huelgas y descontento social, sumados a una crisis fiscal por la devaluación monetaria, que trajo como consecuencia la elevación del precio de los víveres.

Como una forma de frenar las protestas, Velasco Ibarra asumió todos los poderes el 22 de junio de 1970. En ese tiempo Guillermo Rodríguez Lara, quien había sido profesor de la Escuela de las Américas, en Panamá, era director del Colegio Militar Eloy Alfaro. Un año después, el 8 de abril de 1971, fue ascendido a General y posteriormente a Comandante en Jefe del Ejército.

El 15 de febrero de 1972, cuando había una aparente relativa calma en el país (coincidió con el feriado de carnaval), se gestó el golpe de Estado encabezado por el oficial de la Marina Jorge Queirolo, la acción fue sorpresiva y rápida, pero no hubo desórdenes ni enfrentamientos. A este golpe, que ocurrió en Guayaquil, se lo denominó el “Carnavalazo”.

Queirolo cedió el poder a Rodríguez Lara, mientras Velasco Ibarra fue obligado a abordar un avión de la Fuerza Aérea del Ecuador (FAE), que lo llevó a Panamá y de allí se exilió en Argentina.

Rodríguez Lara declaró a su gobierno “nacionalista revolucionario”. Un aspecto del régimen fue el llamado “boom petrolero”, pues en julio de 1972 inició la explotación de crudo en la Amazonía, que generó nuevos recursos que alimentaron las arcas fiscales.

El gobernante realizó una gira por el Medio Oriente, especialmente en las naciones petroleras y al año siguiente Ecuador ingresó a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

El objetivo del régimen fue invertir los ingresos provenientes del petróleo y desarrollar la llamada sustitución de importaciones. Se invirtió en salud, vialidad primaria y secundaria y se construyó la refinería de Esmeraldas.

Conflictos sociales

Uno de los hechos más recordados es la jornada entre julio y agosto de 1973, cuando se apresó al dirigente del Frente de Restauración Democratica y director del Partido Socialista Ecuatoriano (PSE), Gonzalo Oleas Zambrano.

El 25 de julio, en el Parque de la Armada, por el homenaje a Guayaquil, el gobernante rechazó las declaraciones de líderes del Frente de Restauración Democrática (FDR), indicando que no permitiría que los grupos más desprestigiados de la política sigan ordenando el país.

El 30 de julio fue detenido Oleas Zambrano. Aquello desencadenó las protestas de sectores sociales y políticos que denunciaban una supuesta persecución del régimen. El ministro de Gobierno, Gral. Alfredo Poveda Burbano, anunció una investigación al dirigente Manuel Araujo, del Partido Velasquista, mientras se registró la muerte del estudiante Ricardo Mora, según se dijo, por la supuesta represión. El 7 de agosto Araujo fue detenido; mientras tanto, se paralizaron los sectores de la salud y educación.

Dos días después, el ministro Poveda Burbano dijo que Araujo fue confinado al Oriente. El 10 de agosto, Rodríguez Lara, en su discurso de ascenso de la cúpula militar, dijo que aplicará sus dos pilares básicos: disciplina y autoridad.

Al día siguiente la profesora Rosa Paredes Jumbo murió por el impacto de una bomba lacrimógena en la cabeza, durante una manifestación de la UNE. Durante su sepelio hubo otro incidente que derivó en la muerte del ciudadano Edwin Valencia; el Gobierno declaró toque de queda para evitar desmanes por el acontecimiento suscitado.

Derrocamiento

El 1 de septiembre de 1975, en medio de una profunda crisis política, social y económica, un sector de las Fuerzas Armadas, comandado por el general Raúl González Alvear, intentó un golpe de Estado que no tuvo  éxito y dejó una veintena de muertos en el país.

Este hecho fue el catalizador de un proceso de deterioro en el régimen y, por presión del alto mando, Rodríguez Lara fue relevado el 11 de enero de 1976 por un triunvirato compuesto por Alfredo Poveda Burbano, Guillermo Durán Arcentales y Luis Leoro Franco.

El triunvirato fue un momento para preparar al país al retorno a la democracia en un proceso que duró tres años. En ese tiempo se convocó a referéndum para aprobar la nueva Constitución, también se llamó a elecciones presidenciales en 1978, con una segunda vuelta en 1979.

Durante el triunvirato se vivieron también momentos aciagos, uno de los más recordados es la muerte de decenas de trabajadores del ingenio Aztra (ahora La Troncal), que realizaban una huelga, en 1977, así como el asesinato del dirigente político Abdón Calderón Muñoz, en 1978. Tras meses de investigación se estableció que el autor intelectual fue el entonces ministro de Gobierno, Gral. Bolívar Jarrín Cahueñas.

En 1979 retornó la democracia tras el triunfo en las urnas del binomio Roldós-Hurtado sobre Sixto Durán-Ballén, con lo cual se cerraron siete años de regímenes militares.

ASSANGE: “NO ME IMPORTARÍA FILTRAR DATOS DE GOOGLE”

Al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, no le importaría filtrar documentos de Google. Así se lo hizo saber a uno de los directivos del gigante de Internet, en una conversación que mantuvieron en el año 2011.

La conversación fue con el CEO (director ejecutivo por sus siglas en inglés) de Google, Eric Schmidt; Assange le dijo: “No me importaría una fuga de documentos de Google”. Esta conversación, que se filtró el pasado viernes, ocurrió cuando Assange estaba con arresto domiciliario y formaba parte del proceso de documentación que el CEO de Google efectuó para escribir sus libros acerca de la nueva era digital.

La conversación comienza con el interés de Schmidt por conocer la evolución tecnológica de WikiLeaks; le preguntó sobre la red Tor, o red oscura, encaminada a mantener el anonimato de sus usuarios, ya que no revela direcciones IP y mantiene la integridad y el secreto de los mensajes.

La red aporta una disponibilidad constante y evita ataques DDoS y bloqueos de autoridades, incluso en gobiernos herméticos como el chino, donde el acceso a Google es restringido y los usuarios usan su homólogo Baidu.

En el encuentro, Assange defiende el derecho de los ciudadanos a conocer los detalles del mundo como las “órdenes expresas” que tenía la Cruz Roja de falsificar los datos sobre el trato a los presos estadounidenses en Guantánamo. Assange es interrogado acerca de los cables de su persecución. Él contesta haber sentido temor, pero que “solo los tontos no tienen miedo”.

USAID TRABAJÓ EN CUATRO EJES PARA SOCAVAR EL CHAVISMO

Fortalecer las instituciones democráticas, penetrar en la base política de Hugo Chávez, dividir el chavismo, proteger los negocios de Estados Unidos y aislar al fallecido gobernante venezolano, fueron los objetivos que trazó, a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), el ex embajador de ese país en Venezuela, William Brownfield.

Según la agencia Andes, en un mensaje enviado a Washington en noviembre de 2006, el diplomático contó los resultados de su trabajo desde 2004. Hasta 2006, la Usaid donó unos 15 millones de dólares a más de 300 organizaciones y les ofreció apoyo técnico y capacitación a través de la Oficina de Iniciativas de Transición (OTI).

La Usaid pretendía llevar ante la Corte Internacional casos de supuestas violaciones de los derechos humanos en Venezuela para socavar la credibilidad de Chávez. Además, la Usaid gastó más de un millón de dólares en 3.000 foros para reunir a activistas de la oposición con simpatizantes de Chávez, dando la oportunidad a los primeros “de interactuar con chavistas para alejarlos lentamente del chavismo”.

La Embajada organizó visitas de Brownfield a “zonas pobres del país” para demostrar “la preocupación de EE.UU. con el pueblo venezolano”. La OTI invitaba a docentes universitarios, miembros de ONG y líderes políticos internacionales a participar en sus eventos para que al volver a sus países “se convirtieran en aliados de la oposición venezolana” en el extranjero. En 2010 se aprobó una ley en Venezuela que prohibía el financiamiento externo para fines políticos en el país, lo que llevó al cierre de la OTI.

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