El misionero capuchino español Miguel Ángel Cabodevilla, quien ha convivido con indígenas amazónicos en la selva de Sucumbíos y Orellana, cree que el Gobierno de Rafael Correa “es el primero que ha organizado algo de protección” para cuidar a pueblos no contactados o en aislamiento.

En declaraciones al diario El Comercio, el sacerdote dijo que lo ocurrido entre los waoranis y taromenanis es un choque entre clanes y que es un tabú culpar de las matanzas a los madereros o a los petroleros.

Indicó que cuando ocurrió la venganza de 2003 (con 23 no contactados muertos), la gente de los alrededores y supuestos expertos aseguraban que la culpa la tenían los comerciantes ilegales de madera, pero a pesar de que vieron cómo había sido la matanza, que se trajeron una cabeza y quemaron vivos a los niños, insistían en acusarlos. Ahora, en cambio,  culpan a los petroleros.

Para Cabodevilla, estas etnias se tienen miedo y recelo, pero también odio y “ese, que es el tema de fondo, no lo afrontan y dicen tonteras”.

Para él, la dirigencia waorani no tiene derecho a pedir al Gobierno que se le transfiera el manejo del Plan de Medidas Cautelares. “Me remito a los hechos. En 2003, dirigentes  dijeron: “Esto es un asunto nuestro”. Recordó  que eso mismo dice la mafia.

Indicó que en 2003 prometieron  que sería la última vez, pero que ahora los waoranis han hecho lo mismo. “Han dicho, los de fuera no deben meterse. Han pasado 10 años y la dirigencia no demuestra que controla a sus grupos, ni que tiene dominio sobre las actividades ni capacidad de reparar ninguna de las barbaridades”, denunció. Por ello, consideró, debería haber algún signo de que la ley en Ecuador existe (sanción).

EQUIPO TÉCNICO INDAGA EL ORIGEN DE LAS NIÑAS

La gobernadora de Orellana, Rosario Cortez Rodríguez, informó ayer a la prensa que un equipo técnico especializado se encargará de establecer si las dos niñas que permanecen en la localidad waorani Yarentaro tras un enfrentamiento con pueblos en aislamiento,  registrado el 29 de marzo pasado, pertenecen a la etnia de los taromenanis o de  los tagaeiris.

Confirmó que las menores están bien de salud gracias a las vacunas que recibieron y porque se evita a toda costa que tengan contacto con personas extrañas a la comunidad, de acuerdo a lo que señalan los protocolos para estos casos.

Cortez insistió en que hasta ahora no existen pruebas para hablar de una matanza de taromenanis, por lo que destacó que los dirigentes de la Nacionalidad Waorani del Ecuador (Nawe) tendrán que responder por sus aseveraciones en torno a la situación. Sus líderes afirmaron ante los medios de comunicación que habría entre 18 y 30 muertos.