Iniciamos con una frase trillada porque aún confunde como un programa apenas estrenado pudo ofrecer ser el lugar donde empieza la farándula y reproducir casi todos los estereotipos de cobertura periodística televisiva del tema, los que pululan desde el nacimiento de Vamos con todo.
Y es que el periodismo de espectáculo no se decanta por una definición clara de farándula nacional, donde hay de todo como en botica. De Boca en Boca, con un ligero reciclaje de nombre, viene cargado de buenas intenciones para renovar la cobertura televisiva de la farándula, pero solo uno de sus rostros es nuevo en el tema, Lissette Cedeño, exconductora del original De Boca en Boca, segmento de espectáculo en El Noticiero. Miguel Cedeño y Emilio Pinargote ya han expuesto sus estilachos como reporteros-presentadores en espacios de la competencia, que aún persisten.
La gran sorpresa del personaje Señor M para zanjar la crítica especializada de que faltaba un cronista de farándula y espectáculo de peso no resultó. El disfraz a veces estorba y Señor M no reacciona tan rápido a la interacción con los compañeros como debería. En estudio y notas se aprecia la calidad del director de contenidos-productor Marlon Acosta, quien fuera el responsable de Noche a noche con Marián, La Plena y Jarabe de Pico, pero a sus tres conductores les falta ritmo y acople. El programa empieza a las 13:30 y debe durar una hora, pero la primera emisión se pasó por algunos minutos de tiempo. Considerando que la competencia se reparte en Vamos con todo a las 14:00, Jarabe de Pico a las 16:00 y Faranduleros también a las 16:00, hay una saturación de farándula en los canales VHF.
El primer día para De Boca en Boca no estuvo marcado por el día del niño como para sus competidores, aunque sí molestó que en los primeros 23 minutos de programa apenas ofrecieran dos notas y mucho avance. Los horarios permitieron que al menos con Vamos con todo, la verdadera competencia directa de De Boca en Boca y no Jarabe de Pico como se creyó, hubiera choque de temas, con el magacín de farándula más longevo del país tratando de minimizar o desvirtuar las notas principales del programa estreno, el romance de la Minnie Mouse con David Reinoso y la salida de Eliana Gustavino de RTS.
Si se van a atacar, no solo en contenido, sino en métodos y porque algunos talentos, casi todos, del nuevo programa vienen de la competencia, mejor no inviten a ver nada. De Boca en Boca está en su primera semana y debe construir su identidad para lograr el rating que al parecer alcanzó al ser tendencia nacional en Twitter el día de su estreno. Tampoco hay que abusar de noticias sobre los talentos de casa como la futura paternidad de Pinargote.
De Boca en Boca tiene lo suyo y no necesita pedirle prestado a nadie, tal vez fortalecer las intervenciones de Señor M. Mientras Acosta ordena todo tras cámaras y TC mi canal les provee un excelente estudio, reporteros y presentadores deben asumir su rol con más fuerza y no tratar de ser jocosos porque sí. Mientras ellos encuentran la química y el norte, que alguien explique cómo en una sola temporada Yingo ya puede estar por un nuevo comienzo. (O)