Peculiar frase que dejó Wendy Vera en la última edición de Ecuador Tiene Talento 4 al referirse a los tres adolescentes que mostraron su talento en arquería. La televisión ecuatoriana sí que se ha vendido internacionalmente la última semana, debido a cuestionamientos a la participante Carolina P., de 16 años, en ETT4, el 20 de septiembre. Aquella noche por sintonizar los Primetime Emmy Awards algunos descuidamos a un programa que, según cálculos de la televisora que lo emite, alcanza 32 puntos de rating en el horario estelar del domingo. No es necesario seguir poniendo el dedo en la llaga y ahondar en la posible discriminación a la joven participante, que sí pasó a la siguiente ronda con el voto de la jurado que más la cuestionó, por su ateísmo; la reciente marcha contra la telebasura con participación de artistas populares no solo de la Asociación Ateísta Ecuatoriana, o la sanción en proceso al mismo ETT4 por mostrar la violencia al término de la participación de Las Chicas Miau. Sí es necesario abrir aún más el debate sobre la televisión nuestra de cada día.
¿Por qué escuchamos tan poco de los canales UHF que sí alcanzan a ofrecer espacios de total producción nacional y de calidad? ¿Por qué tan poca reflexión sobre programación intercultural? ¿No era igual de importante condenar la violencia física y verbal entre las tres Chicas Miau en ETT4 como los cuestionamientos a Carolina P.? Se esperan respuestas a estas cuestiones del público y las audiencias, claro, con intervención de las televisoras del país, no solo las VHF, y no solo de la Supercom, la Asociación Ateísta Ecuatoriana y el sector académico.
El presente caso amerita una sugerencia: Aunque es bueno que la revista matutina En Contacto tomara la posta en hacer a hablar a dos de los jurados de ETT4 y a la aún participante del reality Carolina P. sobre el chocante choque, esa es labor para un defensor del televidente, como lo tiene Televisión Española. Tampoco son útiles los calificativos de caja boba o telebasura porque los equipos de producción de cualquier programa televisivo son tan ciudadanos y personas como cualquier televidente. Es prejuicioso creer que solo buscan rascar costras y levantar pus, es decir, generar cualquier publicidad y servir a los patrones rating y marketing. Ejemplo, el caso entre Pechuga Mix y Michell Douglas, en El Justiciero, en parte buscaba concienciar sobre el maltrato a los artistas nacionales en contratos para eventos barriales o comunitarios. A la par los dimes y diretes entre el jurado Juancho y Benit Blanco de Los Bakanes en Soy El Mejor VIP vs. Los Bakanes le generan rating al reality y algo de material a De Boca en Boca.
Fuera de los exabruptos, de lo más extraños porque en realidad se venía un cumplido, entre Néstor Balbuena y Yuleysi Coca, de Los Bakanes, como en temporadas anteriores en Soy El Mejor se irrespeta al público con la constante ausencia de múltiples participantes sin explicación alguna. Ahora a esperar la guerra de rating, desde el 5 de octubre, entre La Voz Ecuador, Las Mil y una Noches, Los Hijos de Don Juan y Soy El Mejor VIP vs. Los Bakanes. (O)