Por el escenario que solo se ve cargado de gente, falta más para retratar a la Bahía, pero en risas los guionistas Fabrizio Aveiga, Bertha Tejada, Karina Villavicencio, Ángela Chavarría y Ronald Hidalgo se ganan el trofeo de aplausos como el que entregan en La Voz.
¿Y por qué un premio tan frío en lugar de los cálidos aplausos reales? Porque a la comedia de situaciones Los hijos de don Juan que ellos escriben y transmite TC Mi Canal le falta más cohesión entre los personajes, no química, que esa sí hay y sobra una pizca.
Por un lado, la historia de Chicho y Pepa (más de Pepa), por otro la de Salvador y Zoyla, las conquistas amorosas de Chalo en otra historia, el amor floreciente entre Sammy y Paco, todas divertidas y en la corta vida de la serie bien detalladas.
El único elemento que une las tramas para consolidar un argumento general es la historia de la villana Ruperta Palomeque, interpretada por Jasú Montero, quien con su asistente, interpretado por Cristian García, harán lo posible e inverosímil para hacerse con el Pasaje Comercial Don Juan. Cuestión aparte es a quién se lo acepta más cuando aparece en pantalla.
Los niveles actorales son altos con un elenco que al parecer lideran, por sus experiencias pasadas en las comedias de sketchs y de situaciones, Víctor Aráuz, como Paco, e Issam Skandar, como Salvador.
Elena Gui, Sofía Caiche, José Urrutia, María Fernanda Pérez, José Corozo y Carmen Angulo vienen de la intensa y extensa Estas secretarias, pero los dos últimos en plano secundario con personajes descabellados, que son el Chavorino y Madame Trouché.
Leonardo ‘Chino’ Moreira sale airoso, pero aún necesita consolidar un personaje que no se parezca tanto a él, mientras que la debutante actriz Mayra Jaime se gana al público con cara brava y cuando maquina algún plan.
El caso de los villanos, Jasú y García, es interesante, por la buena química entre los actores y sorprende que la cantante con poca experiencia actoral pueda sostener ciertos rasgos de lo que debe ser un antagonista.
Escenografía de calidad, historias atractivas y atrayentes, factor risa encendido, carga dramática fuerte y actuaciones sólidas son parte de la receta del pastel Los hijos de don Juan. La cereza de ese pastel son las caracterizaciones de Aráuz y Skandar.
El bocado más dulce, las apariciones de Ruperta. Por ahora la serie camina y se espera que no se den giros bruscos, como los cambios de voz y actitud de Lucy en Estas secretarias o una escalada del factor dramático como pasó en esa misma serie.
Otro punto a favor es el tema principal, en clave de cumbia, donde parece destacar un grito de Aráuz. Hay que cuidar la cohesión, no por tener buenos actores de comedia, teatro, televisión, cine, se puede dar primacía a solo uno o a su personaje. Cada pieza en su lugar, y cada cual con su local.
Mientras tanto, aún en shock por la extraña eliminación de Emily Rose de Factor X Kids y esperando que Crónica viva no sea solo un ardid para obtener rating, seguimos con el zapping.
Hace mal ese vicio moderno, aunque la televisión nacional lo necesita. En especial en un año cargado de estrenos y con finales de reality, ahora BLN La competencia, casi cada semana. (O)