El Telégrafo
Ecuador / Viernes, 22 de Agosto de 2025

A veces no hay “repitute”

Punto de vista

Es cierto, ya se estrenó La Voz Ecuador, a las 20:45 del 5 de octubre, y gracias a la emisión de Café y Bolón del mismo día, el televidente ya guardó para sí algunos detalles de la producción del programa que se espera cambie la historia tanto de la música como de la televisión nacional. El principal, repetido constantemente por Andrea Hurtado, es la preparación de entre 4 y 6 meses que incluyó la construcción de un set de 700 m2. Dejando La Voz Ecuador aparte para la revisión de su primera semana al aire, por ahora hay que hablar sobre la tendencia de las televisoras nacionales de repetir producciones melodramáticas internacionales que han sido éxito de rating en el pasado. Sin embargo, poca, escasa se podría decir, ha sido la repetición de telenovelas y comedias nacionales en los mismos canales VHF.

Sí, la repetición viene porque el público televidente está dispuesto a ver las mismas novelas más de una vez y darles altos índices de rating, ejemplo Marimar y María la del barrio de Thalía, Yo soy Betty la fea, Pedro el escamoso y Los Reyes. Pero, por qué ocurre aquello apenas con solo dos o tres novelas o comedias nacionales, a menos que sea en las señales internacionales de un canal reconocido de Ecuador, como Ecuavisa Internacional. No ha habido repeticiones ni de Rosendo Presidente ni de Cholicienta, menos aún de Corazón dominado, Kandela, Fanatikda o Mis primas. Sí las ha habido de Mis adorables entenados, Súper papá, El secreto de Toño Palomino y Mostro de amor. Por qué no se han podido retransmitir series como Yo vendo unos ojos negros, Amores que matan, Pura boca, entre otras producidas muchas de ellas por Ecuavisa. Teleamazonas queda debiendo al no reemitir su novela original No quiero ser bella.

Los horarios que pueden parecer los puntos muertos de la parrilla, que no lo son para nada por la preferencia de amas de casa y adultos mayores, podrían ser para los reprise de producciones nacionales. Es decir entre las 12:00 y 13:00, o hasta antes de emitir el noticiario del mediodía, se puede crear el espacio del recuerdo y revivir las historias de los principales actores, directores y guionistas ecuatorianos o radicados en el país. Tampoco es bueno que entre 15:00, a veces desde las 14:00, y 18:00 primen o repeticiones de novelas foráneas ya vistas en un canal VHF u otro o estrenos de nuevas versiones de novelas que ya fueron éxito en su país de origen como ¿Dónde está Elisa? y Muchacha italiana viene a casarse.

Ecuador sí tiene una industria de producción audiovisual y hasta que surjan los nuevos talentos que tanto se reclaman, hay que repetir las obras nacionales pasadas. No por llenar un obvio hueco en la parrilla de programación sino para superar el temor de que la primera emisión no fuera tan redituable como se esperó. Lo que importa es educar al público que se aleja cada vez más de la producción nacional.

La televisión nacional tiene una obligación consigo misma de recordar sus éxitos, y fracasos, del pasado. No puede haber innovación o renovación creativa sin una memoria de lo realizado. Todavía algunos ecuatorianos quisieran ver Dulce tormento o Isabela nuevamente en señal nacional, VHF o UHF. (O)