Ecuador / Jueves, 13 Noviembre 2025

Nuevo análisis de ADN sugiere que Hitler padecía un trastorno genético que afectó su desarrollo sexual

Foto: Internet
Una nueva investigación genética, basada en ADN extraído de una muestra de tela hallada en el sofá del búnker de Hitler, sugiere que el dictador nazi padecía síndrome de Kallmann, un trastorno hormonal que habría afectado su desarrollo sexual.

Un nuevo análisis genético del que se afirma es el ADN de Adolf Hitler concluye que el dictador nazi probablemente padecía síndrome de Kallmann, un trastorno hereditario que altera el desarrollo de la pubertad y puede provocar anomalías en los órganos sexuales, como micropene y testículos no descendidos.

El estudio, presentado en el documental británico “Hitler’s DNA: Blueprint of a Dictator” del canal Channel 4, se basa en una muestra de sangre encontrada en un trozo de tela del sofá del búnker de Berlín, donde Hitler se suicidó en 1945. La tela habría sido retirada por un coronel estadounidense al final de la Segunda Guerra Mundial y conservada desde entonces.

Según los investigadores, el perfil genético obtenido muestra una alta probabilidad de que Hitler sufriera síndrome de Kallmann, condición que puede provocar pubertad incompleta o ausente, baja producción de hormonas sexuales, disminución del deseo sexual, ausencia o reducción del olfato y malformaciones genitales, entre ellas un pene anormalmente pequeño y testículos no descendidos.

Los hallazgos darían sustento científico a antiguos rumores sobre la anatomía de Hitler, incluidos informes médicos de 1923 que apuntaban a que tenía un solo testículo —una condición conocida como monorquidia—, aunque los expertos insisten en que estos elementos no pueden utilizarse para explicar ni justificar sus decisiones políticas ni los crímenes del régimen nazi.

El análisis también descarta la hipótesis, difundida desde principios del siglo XX, de que Hitler tuviera ascendencia judía. El mapa genético elaborado a partir de la muestra apunta a un origen principalmente austro–alemán, lo que refuta algunas de las teorías que vinculaban su árbol familiar con grupos que él mismo intentó exterminar.

Además, el equipo identificó marcadores asociados a una mayor propensión a condiciones como autismo, esquizofrenia y trastorno bipolar, aunque los especialistas aclaran que estos no equivalen a un diagnóstico retroactivo, ni permiten establecer una relación directa entre genética y comportamiento criminal. Diversos científicos han advertido sobre el riesgo de sobredimensionar el valor de las llamadas “puntuaciones de riesgo poligénico” y de caer en lecturas deterministas.

La genetista Turi King, conocida por identificar en 2012 los restos del rey Ricardo III, lidera el estudio y ha señalado que aceptó participar pese a sus reservas éticas, con la intención de asegurar un análisis riguroso y evitar usos sensacionalistas de los datos. King y otros expertos subrayan que comprender la biología de figuras históricas no implica exonerarlas de responsabilidad, sino aportar elementos que ayuden a desmitificar su imagen y a combatir narrativas que buscan idealizarlas.

El trabajo ha despertado también debate en la comunidad científica sobre la autenticidad de la muestra y los límites de este tipo de investigaciones. Algunos especialistas cuestionan que no se haya obtenido un nuevo ADN de familiares vivos para una verificación directa, mientras que otros consideran que, con las precauciones adecuadas, el análisis aporta información valiosa sobre uno de los personajes más estudiados y controvertidos del siglo XX.

También le puede interesar: