La noche del sábado 13 de diciembre, el Capital One Arena de Washington se sintió menos como un coliseo y más como un recuerdo colectivo: luces en alto, cánticos que se apagan y vuelven, y una idea fija en el aire—“la última”. WWE montó Saturday Night’s Main Event en horario estelar, en vivo, con el anuncio como promesa y despedida: el combate final de John Cena.

Antes del estelar, la función dejó claro el libreto emocional: honrar el pasado sin soltar el futuro. En el choque de campeones, Cody Rhodes y Oba Femi no tuvieron final “limpio”: la irrupción de Drew McIntyre desordenó el guion, cambió el aire del recinto y obligó a cerrar el combate por descalificación. Fue un recordatorio de que, incluso en noche de homenaje, la WWE no detiene sus guerras.

La noche tuvo exhibiciones que funcionaron como vitrina y termómetro. Sol Ruca derrotó a Bayley en un duelo veloz, de contragolpes y giros, resuelto con un conteo que llegó casi sin aviso.

Luego, la jornada siguió con energía de relevo. AJ Styles y Dragon Lee retuvieron ante Je’Von Evans y Leon Slater en una pelea de ritmo alto, de acrobacias y precisión, que cerró con el Styles Clash como sello y con gestos de respeto tras la campana.

Y entonces, el show empezó a hablar en pasado. Paquetes de video, saludos y tributos dentro y fuera del ring fueron construyendo una despedida escalonada: no era solo una lucha, era el cierre de un personaje que atravesó generaciones.

Cuando llegó el momento, Gunther entró primero, frío y metódico, y recibió una mezcla de abucheos y gritos que la transmisión debió censurar por momentos. Cena apareció después con un detalle que resumió la noche: tomó la cámara, apuntó al público y se filmó a sí mismo como quien quiere guardar la prueba de que esto—de verdad—está pasando. En la rampa, fue estrechando manos y abrazando rostros conocidos, como un último recorrido por su propio vestuario.

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— @Sports is watching John Cena’s Last Match (@Sports) December 14, 2025

El combate fue una montaña rusa de símbolos: el “You Can’t See Me”, el Five Knuckle Shuffle, los intentos de Attitude Adjustment, las escapadas al límite y la arena reaccionando como si cada cuenta de dos fuera una negociación con el tiempo. Hubo golpes secos, una mesa rota y un público que pasó de la nostalgia al vértigo cuando el estelar se volvió un intercambio de poder.

El cierre fue tan simple como cruel: Gunther apretó la dormilona, Cena intentó incorporarse, volvió a caer, y la llave regresó como sentencia. El final llegó con Cena atrapado y sin aire, y con la lectura inevitable—el último combate terminó en rendición.

No hubo un “final feliz” en el marcador, pero sí un final de época en la escena: una arena declarada en “sold out”, un público que entendió que el ritual estaba completo, sus amigos alrededor del ring agradeciéndole por llevar en su espalda el peso de toda una generación y una WWE que, en una sola noche, hizo convivir el adiós con el relevo.

En nombre de todo el Universo de WWE Español, ¡GRACIAS CENA! pic.twitter.com/HMGhTmoLCw

— WWE Español (@wweespanol) December 14, 2025

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