El estribillo se lee claramente en pantalla Led: “Hoy es el día que todo empezará todo nuevo se hará/ el cielo se abrirá es un despertar/ no nos callaremos más...”. Y se escucha en las voces de Emmanuel Espinosa y su esposa Linda Moreno.

Con un marcado pop rock, el mensaje es claro y además calza preciso como una transición a lo nuevo que viene en las vidas de sus autores y, por supuesto, de lo que ellos quieren compartir.

Aquella transición corresponde a la disolución de Rojo, la banda mexicana que Emmanuel creó en 1999 y que termina su ciclo tras casi 14 años de actividades, entre estudios de grabación y escenarios.

Ellos, junto con el guitarrista Oswaldo Burruel y el baterista Rubén González, habían anunciado en julio del año pasado su despedida como agrupación, a través de su página oficial. Así se oficializó la gira ‘aDios  gracias’, que como tal empezó el 29 de agosto pasado en Perú, pasó por Colombia y este fin de semana llegó a Ecuador con dos conciertos.

Era el domingo 15 de septiembre. Emmanuel y compañía arribaron diez minutos antes de las siete de la noche a la iglesia cuadrangular de la Alborada, donde casi mil personas los aguardaban desde una hora y media antes.

Pese al trajín -la noche anterior habían estado en Quito y el viernes en Bucaramanga, Colombia- sus rostros lucían frescos al ingresar hacia el interior de una oficina que  se adecuó como  una especie de camerino, con aire acondicionado incluido.

Vestidos de negro saludaron al paso y cordialmente con los que se cruzaban en su improvisado camerino donde agradecieron a Dios por una nueva oportunidad de ofrecer su mensaje a los jóvenes. El concierto empezó a las siete de la noche, tal como estaba previsto.

Rubén, aferrado a sus baquetas, fue el primero en subir a la tarima, rumbo a su batería. Detrás de él venía Emmanuel con su bajo, Linda y al final Oswaldo que se quedó al extremo derecho del escenario.

De inmediato sonó ‘Eres Todopoderoso’, su versión contemporánea de la canción de Danilo Montero, que aparece como ‘bonus track’ en el disco ‘Con el corazón en la mano’ (2007), el séptimo disco de Rojo.

Aunque para los seguidores del cuarteto mexicano era evidente que se trataba de un repaso a los diez álbumes en su trayectoria, ellos prefirieron llegar más con una motivación para ayudar a los necesitados.

“Es cierto que se trata de una despedida y que muchos esperan ver fotos de la banda en la pantalla. Fotos de cómo éramos en los inicios de Rojo y cosas así. Pero realmente eso no es lo importante. Al final de cuentas no hemos cambiado mucho físicamente”, explicaba Emmanuel.

“Yo quiero que me regalen nueve minutos de su atención y después seguimos tocando. Hace algún tiempo me puse a pensar cosas como el hecho de que es muy ‘chido’ (un mexicanismo equivalente a chévere) conocer a Dios, cantarle y recibir tantas cosas de Él. Pero también me di cuenta de que nos falta más compartirlo a otros. Pues resulta que estuvimos en África donde hay muchos países ‘no alcanzados’, es decir que no saben que existe un Dios que los ama, aunque pasan muchas necesidades. Me impactó mucho cuando me enteré qué comen por las noches. Resulta que en la tierra hay pasto seco y para evitar que los más pequeños duerman con hambre, arrancan ese pasto y se lo comen con agua y un poco de sal”, relataba el bajista y productor, de 38 años, nacido en el estado de Hermosillo.

Agregaba que “muchas familias solo conocían a dioses, que para ellos, estaban enojados, porque no había nadie que se los dijera. Y en realidad eso ocurre en un tercio del planeta. Lastimosamente muchos somos egoístas y hasta hipócritas, aunque no me gusta usar esa palabra porque es fuerte, pero es la realidad. Lo somos porque solo pensamos para nosotros mismos y no para los demás. No salimos de nuestra comodidad”, exhortaba.

El líder de la banda, que ha sido nominada tres veces a los premios Grammy y multivencedora de los galardones Arpa, creaba conciencia de que los seres humanos deben amar al prójimo como a uno mismo. “Si yo quiero tener una camisa, también debo preocuparme que otro también la tenga. Si yo tengo hambre, debo hacer lo posible que otro también pueda comer”, explicaba el músico de los eternos cabellos parados con un dinamismo plenamente identificable con los jóvenes a punta de jerga mexicana con  expresiones como ‘qué padre’ o el ya mencionado ‘qué chido’.

Y ese mensaje también incluía un llamado a evitar las descargas ilegales de música, la piratería. “Hay muchas cosas piratas. Hasta los ceviches. Claro, pues, si te comes uno que te hace daño al estómago es porque es pirata” decía con su característico buen humor.

Emmanuel y Linda tienen una fundación en África, creada tras su viaje a ese continente en el que conocieron a unos misioneros costarricenses. Allí, una de las actividades para recaudar fondos es la venta de aretes confeccionados por Linda. “Si queremos ayudar a los que no tienen y no conocen de Dios, hay tres opciones: ir, enviar o desobedecer. Es decir ir y hablarles, enviar, a través de donaciones o no tomarlos en cuenta. Ustedes eligen”, reflexionaba.

Tras esos minutos de atención, el concierto continuó. Antes de la plática entre Emmanuel y el público, la banda había interpretado ‘Yo soy la revolución’ con sus clásicos estribillos que encajaban con su mensaje de nuevo minutos. Y los versos decían: “ser último es ser primero/perder es encontrar/ tener hambre es ser saciado/servir es autoridad...” o “ser pobre es ser millonario/y el morir vivir/ ser perseguido es ser recompensado/ y dar es recibir...”.

Otras ‘rolas’ -como Emmanuel le dice a las canciones- fueron ‘Creo’, ‘¿Dónde? ¿Cómo?’,‘Te amo más que a mi misma vida’, ‘Fuego de Dios’, en las que se alternaban las voces de él y la de su esposa, quien es hermana de la solista Annette Moreno, ex integrante de Rojo entre 1999 y 2002.

Los cuatro integrantes de la banda se mostraron como personas muy vulnerables con testimonios sobre su pasado. Linda contó, que pese a que nació en una familia cristiana con 11 hermanos, ella tuvo una época de confusión que por poco la lleva al suicidio, pero que encontró las respuestas de paz en Jesús.

Rubén tuvo que lidiar con el problema de alcoholismo de su padre. Oswaldo también tuvo sus problemas, mientras que Emmanuel reveló que a los 14 años sufrió el fallecimiento de sus padres.

Dentro del concierto, que duró dos horas, también hubo espacio para adaptaciones de canciones de Marcos Witt como ‘Tu fidelidad’ y ‘Yo me rindo a Él’, del también mexicano Jesús Adrián Romero.

Un momento especial fue la participación de los tres hijos de Emmanuel y Linda, quienes integran la agrupación infantil Spin3. Ellos cantaron en ‘Hoy se escucha una canción’, que está en el disco solista de sus padres.

El repertorio de Rojo es muy amplio y por eso faltaron algunas consideradas como las más rockeras, entre ellas, ‘Ok’, ‘Adiós, good bye’ o ‘Yo le voy a Cristo’, original de los suegros de Emmanuel.

Las que sí tocaron son: ‘No me soltarás’, una de las más sentidas; ‘Brillaré’, ‘Te quiero, te quiero’, ‘Jardín de rosas’, originalmente grabada por Annette y ahora cantada por Linda; ‘Gasolina’, con el solo de Oswaldo, y ‘Revolución’, que pertenece al disco ‘24-7’ (2003).

Antes del final, algunos se preguntaban qué sería de ellos. El mismo Emmanuel aclaró que él y ella ya promocionan el disco que simplemente lleva el nombre de ambos y que tiene 19 canciones.

Rubén se dedicará a dar seminarios para músicos, especialmente bateristas, y líderes de alabanza; Oswaldo también difunde su disco que se llama ‘Memorias’.

Eran más de las nueve de la noche. De la garganta de Emmanuel salía el intro: ‘he decidido/ seguir a Cristo/ he decidido seguir a Cristo/ no vuelvo atrás/ no vuelvo atrás...” con lo que los que Rojo se despidió y dio paso a la carrera de Emmanuel y Linda, quienes de inmediato se fueron al ‘backstage’ para tomarse fotos con los fans que habían comprado los aretes para la fundación en África, mientras Oswaldo y Rubén se embarcaron en una furgoneta dorada que los condujo al hotel que los recibió, al norte de la ciudad. Debían descansar para ir hacia Ayacucho, Perú. La gira termina el 26 de octubre en Florida con un “aDios gracias” Rojo, hola Emmanuel y Linda.