La actriz Natalia Ramírez cobró notoriedad más allá de las fronteras de Colombia por su participación en Yo soy Betty, la fea, telenovela en la que interpretó a Marcela Valencia, la vicepresidenta de Ecomoda y prometida de Don Armando, el presidente de la empresa.
Y aunque luego de ese éxito televisivo ha actuado en 14 teleseries más, lo suyo, más que la actuación, es la producción. Es precisamente su papel como productora el que hizo posible que Yo soy Betty, la fea aterrizara, 16 años después de llegar a su fin en la televisión colombiana, en un escenario teatral.
Ella convenció al autor de la historia, el guionista Fernando Gaitán, de escribir una versión para teatro. Y se encargó, además, de juntar para esa puesta en escena al elenco original de la teleserie, empezando por Ana María Orozco (Betty) y Jorge Enrique Abello (Don Armando).
Betty, la fea en teatro se estrenó en marzo pasado y terminará su primera temporada en Bogotá el domingo 28 de mayo. Natalia Ramírez ya recuperó su inversión ($ 650.000) y prepara una gira de la obra por las principales ciudades de Colombia.
El año próximo llevará la comedia en teatro a la mayoría de países de Latinoamérica. Uno de ellos será Ecuador.
En entrevista con EL TELÉGRAFO, la actriz y productora dice que tiene planeado ofrecer tres funciones en Quito y tres en Guayaquil.
¿Y por qué su interés en llevar Betty, la fea al teatro?
Es algo que había planeado desde hace 16 años, cuando terminamos la telenovela, pero en ese entonces todos los actores hicieron estampida. Ana María (Orozco) se fue para Argentina, yo me devolví a Estados Unidos, donde vivía desde 1993; Paula Peña (la secretaria Sofía Suárez en la teleserie) se fue a Argentina a montar un hostal, y Lorna Cepeda (la ‘Peliteñida’), se fue también a Estados Unidos. Los demás tenían mucho trabajo en Colombia. Y esto hacía inviable el proyecto de teatro.
¿Pero ya existía una versión de Betty, la fea para teatro o no?
No. Fernando Gaitán (el guionista de la telenovela) no quería seguir escribiendo nada de Betty, la fea. Ocho meses después de que acabó la novela, él escribió una secuela, Ecomoda, y se hicieron como 12 ó 14 capítulos. Y ahí él dijo que ya había agotado el personaje de Betty y que no escribiría más sobre ella. Incluso muchísima gente le pidió hacer la película de Betty, el circo de Betty, el musical de Betty, pero él siempre decía que no.
¿Y cómo convenció a Gaitán?
El año pasado, cuando me reúno con él, le digo: “Fer, mira, hagamos la obra en teatro”, y él respondía “no, no”. Pero entonces le pregunté: “¿y qué pasa si la hacemos con el elenco original?”, pero él no creía que pudiéramos reunir a todos. “¿Y si logro reunirlos sí la escribes?”, le dije. Y ahí Fer me dijo: “si los juntas, sí la escribiría”. Y ahí me dio la lista de los actores que tenía que juntar.
¿Le costó mucho trabajo convocarlos a todos?
Sí. Me dediqué a llamar a cada uno, con la gran fortuna de que todos querían, todos dijeron que sí, que les parecía súper buena idea, pero a la vez todos me decían que tenían compromisos, que estaban grabando. Yo me conformé con el “sí”, con su entusiasmo para hacer la obra, y ahí ya empecé a tratar de montar las fechas en que estuvieran disponibles todos. Luego conseguí un teatro (el Cafam de Bogotá) en el que estamos haciendo una temporada de 50 funciones.
¿Y ya recuperó los $ 650.000 que invirtió en la producción?
Ya es rentable la obra. Con el público que nos ha acompañado hasta ahora ya no tendremos pérdidas.
¿Y por qué su empecinamiento en llevar Betty, la fea al teatro?
Porque soy terca y muy perseverante. Si yo me meto algo en la cabeza lo saco adelante, así me demore 15 años.
¿Usted tiene más espíritu de actriz o de productora?
No sé -ríe-, me gusta hacer ambas cosas. Pero ya estoy pensando en nuevos proyectos para Betty. La quiero llevar al cine, hacer una gira nacional con la obra de teatro, otra internacional. El proyecto de cine se hará si logro convencer otra vez a Gaitán.
¿La producción en cine será colombiana o de plano piensa hacerla en Hollywood?
Colombiana. Betty es como el café, ciento por ciento colombiana.
¿Por qué funciona también la historia de una mujer poco agraciada físicamente, pero inteligente?
Yo creo que es porque es la antítesis del cuento de hadas. No suele haber protagonistas feas en las telenovelas, y en la vida real hay muchas mujeres que no son agraciadas y que tienen una baja autoestima. Betty representa la posibilidad de salir adelante con inteligencia y con perseverancia. Con esos atributos ella logra los objetivos que se propone.
En las telenovelas no es común ver personajes de mujeres que destaquen por su inteligencia…
Por supuesto. Y Betty sale adelante con su talento, no por tener una cara bonita.
¿En ese sentido Betty, la fea es una historia feminista?
No. Yo creo que lo que hace es respetar la condición de la mujer. Fernando Gaitán fue muy hábil al crear ese personaje. Él tiene un don muy especial, y por eso es que no se le puede permitir que ya no escriba. Tiene que hacer la película. (I)