Neil Bogart también fue artífice del éxito de KISS
Aunque Alice Cooper, los New York Dolls, The Sweet, Slade, los T-Rex y otros grupos glam gozaban de gran popularidad y algunas compañías discográficas veían a KISS como un diamante en bruto, ninguna quería apostar por un show tan costoso.
El 28 de septiembre de 1973, KISS hizo una presentación para Casablanca Records, una compañía nueva, subsidiaria de Warner Records, manejada por Neil Bogart, conocido por su enfoque poco ortodoxo hacia la música y arrogancia.
Al verlos, Bogart no dudó en sacar $ 500 de su tarjeta de crédito para contratarlos. El salario de los músicos al inicio fue de $ 75 a la semana y eso les permitió dejar sus otros empleos.
A partir de entonces Bogart no escatimó esfuerzos por convertir a Paul, Gene, Peter y Ace en auténticas estrellas de rock. Su estrategia, entre otras cosas, incluyó el que ninguno de ellos volviera a aparecer en público sin su maquillaje y durante muchos años sus identidades reales se convirtieron en uno de los secretos mejor guardados del mundo del espectáculo.
El 10 de octubre, empezaron a grabar su primer álbum, que se llamó igual que el grupo y fue producido por Kenny Kerner y Richard Wise. Originalmente, incluía nueve temas, algunos de los cuales ya habían sido grabados en el demo con un sonido más pesado, mientras que en el álbum aparecían suavizados por la producción. En la segunda edición del disco, Casablanca añadió, con la disconformidad del grupo, ‘Kissing time’, de un estilo más pop. Terminaron de grabar en noviembre de 1974.
El 31 de diciembre dieron su primer concierto profesional, como teloneros de Blue Oyster Cult e Iggy Pop, y el 18 de febrero de 1974 celebraron la fiesta de lanzamiento en el Century Plaza Hotel de Los Ángeles. Bill Aucoin acudió maquillado como uno de los KISS y contaron incluso con la presencia de Alice Cooper, quien pronunció ahí su célebre frase: “Algunas personas hacen cualquier cosa por llamar la atención”.
Para cuando iniciaron su primera gira teloneando bandas como Aerosmith, Mike Quatro, Savoy Brown y Manfred’s Mann Earth Band, las presentaciones de KISS eran ya una experiencia alucinante: llamaradas de fuego, explosiones, efectos que no eran usados ni siquiera por grupos que tenían presupuestos mucho mayores. Y por supuesto, la icónica imagen de Gene ‘The Demon’ Simmons sacando su larga lengua, vomitando sangre y escupiendo fuego.
Paul Stanley comenta sobre aquella época: “No importaba si tocábamos en un bar o en un coliseo, delante de 10 personas o 1.000, siempre nos lanzábamos al escenario pensando que tocábamos para un estadio lleno. Esta era la actitud que distinguía nuestros conciertos”.
La reputación de KISS como músicos en vivo creció rápidamente y muchos grupos, como Iron Butterfly o Black Sabbath, se rehusaron a tocar con ellos e incluirlos en sus giras, recelosos de que acapararan la atención del público. Bogart intentó convencerlos de que hicieran “menos intimidante” su acto, pero los músicos decidieron emprender una gira por sí mismos.
Como el grupo aún no poseía suficiente material para encabezar una gira, Bogart los envió de nuevo al estudio, nuevamente bajo la producción de Kenny Kerner y Richard Wise. El nuevo álbum se llamó ‘Hotter than hell’ y apareció el 22 de octubre de 1974.
La nueva gira comenzó bien, pero a 6 meses de iniciada, Bogart la canceló, porque Warner rompió vínculo con Casablanca y le entregó la propiedad a él. Lo primero que hizo es enviar a la banda al estudio con el objetivo, esta vez, de crear un hit para la radio.
Como Bogart ya no tenía dinero para contratar un productor, tomó él mismo la labor de producción del nuevo álbum. El resultado fue ‘Dressed to kill’, de menor calidad que los anteriores, formado en parte por viejos temas reciclados.
Presionados por crear un hit, Paul y Gene escribieron ‘Rock and roll all nite’, una de las pocas canciones en que comparten voces.
Las ventas del ‘Dressed to kill’ fueron menores que las de los discos anteriores y los aficionados criticaron a KISS por alejarse de su estilo original. El fracaso del disco llegó en el peor momento posible. Casablanca no había podido conseguir todavía un éxito de ventas y pasaba por problemas financieros tan graves que Neil Bogart debió hipotecar su casa y la gira del ‘Dressed to kill’ tuvo que ser financiada por la tarjeta de crédito de Bill Aucoin, mientras que Paul, Gene, Peter y Ace no habían recibido aún un centavo de regalías por sus discos. (I)