Ecuador / Martes, 14 Octubre 2025

Los filmes bíblicos buscan vender más que impactar (Videos)

La industria hollywoodense recurre a la tecnología para atraer masas

Antes de que ‘Éxodo: dioses y reyes’ se estrenará el 5 de diciembre pasado, el filme tuvo muchos detractores por la libertad que el director Ridley Scott se tomó al añadir elementos que no constan en la Biblia, texto del que se basa la película.

Algo semejante ocurrió con la versión de ‘Noé’, que expuso el cineasta Darren Aronofsky en marzo del año pasado donde incluye a un villano, que de paso sobrevive al diluvio y logra colarse en el arca sellada en la que está el protagonista y su familia.

Para la de Aronofsky se invirtieron $ 140 millones y su recaudación fue de $ 268 millones; mientras que el presupuesto para ‘Noé’ fue de $ 125 millones. La taquilla fue de $ 362 millones.

Según el quiteño Álex Jácome, director de la película ‘Con alas pa’ volar’, este tipo de producciones lo único que hace es recurrir a la tecnología para retratar hechos que en filmes anteriores no se podían plasmar en la pantalla grande.  

“No es lo mismo ver ‘Los 10 Mandamientos’ (1956) que ‘Éxodo: dioses y reyes’ donde el personaje es el mismo (Moisés: interpretados por Charlton Heston y Christian Bale, respectivamente), pero con un enfoque que dista de lo que dice el texto original”, sostiene Jácome.

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Steven Arce, pastor de jóvenes, plantea la pregunta “¿qué es lo que quiere un director de Hollywood, impactar o vender?”. Él mismo se responde: “Vender, aunque el impacto es solo visual por el espectáculo que ofrecen los efectos especiales de escenas como el diluvio en ‘Noé’ o la persecución de los egipcios sobre los israelitas en ‘Éxodo: dioses y reyes’. De hecho, creo que Scott lo que vende es una película de guerra, donde aparece un Moisés mercenario”, dice.

Con este criterio coincide el bloguero Pato Acevedo. En su página www.infocatolica.com afirma que lo que menos le interesa a Scott es mostrar una relación entre Moisés y Dios. “Más bien lo muestra como un psicótico (por el hecho de hablar con un niño que se supone es el Todopoderoso durante el momento en que recibe la misión de liberar al pueblo de Israel)”.

Las Sagradas Escrituras citan en Éxodo 3:1, 4 y 5 que Moisés está cuidando las ovejas de su suegro y se le aparece una zarza ardiendo que lo llama. Luego le pidió que se quite las sandalias, pero en ningún momento aparece un niño.

Arce y Acevedo coinciden en que  existe una manipulación del texto bíblico porque en el filme sugiere a un Moisés que se golpea la cabeza por la noche queda enterrado en el lodo mientras la lluvia golpea su rostro. Semiinconsciente ve una zarza, pero quien le habla es el niño. Luego el mismo infante se le aparece en varias ocasiones.

También hay variaciones como la representación que Scott, quien se confiesa como ateo, hace sobre las plagas sobre Egipto. Según Acevedo,  Scott quiso darle un sentido lógico y natural. “Para él, la sangre en el río fue provocada por un ataque de cocodrilos a pescadores. Eso causa la muerte de los peces y su putrefacción origina la aparición de ranas, enfermedades y más, pero evita la misión que Dios le encomienda (según dice la Biblia en los capítulos del 7 al 11 de libro de Éxodo), y luego la confrontación de Moisés con el faraón en cada plaga. Todas aparecen de una sola vez”, dice.

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“El problema es que al distorsionar la historia el espectador asume que es real lo que ve en la pantalla. Lo otro es que puede tomar a las historias bíblicas como meras fábulas o ficciones, al estilo de la saga de El Señor de los Anillos y otras”, indica Jácome.

“Si alguien quiere ver ese tipo de películas por ver un espectáculo puede hacerlo sin problema para entretenerse. Eso no es malo. Pero si alguien quiere conocer la historia bíblica, lo recomendable es que lea el texto. Hay muchas historias con las que los cineastas podrían ganar mucho dinero si tan solo las leyeran. No solo están las de Noé, Moisés y Jesús. Existen muchos personajes”, explica Arce.

Él considera que la industria hollywoodense ofrece algo llamativo, aunque con excepciones. Una de ellas fue ‘La Pasión’, que más de una década dirigió Mel Gibson. Para muchos estuvo cargada de morbo por la crueldad que se percibe en el sufrimiento de Jesús que no había sido visto en sus antecesoras”.

La contraparte está en las películas de drama, que tienen contenido cristiano.  El productor manabita de cine y televisión Calé Rodríguez explica que no se las vende como tal porque “a los grandes financistas solamente les interesa qué tan rentable puede ser una película. Muchas de esas cintas no tienen tanta acogida en las salas de cine como las superproducciones tipo Harry Potter o El Señor de los Anillos”.

No obstante, hace 5 años el sello Canzion ha traído a Ecuador algunas películas, entre ellas ‘El poder de la cruz’, que permanece varias semanas en cartelera y apenas tiene un presupuesto y recaudación de $ 7 millones.