Ecuador / Domingo, 12 Octubre 2025

La melancolía inspira a Raúl Rueda para componer pop funk

Foto:Alfredo Piedrahíta.
Sus actuales referentes líricos son sabina, aute, drexler y lisandro aristimuño

El funk es un género músical alegre -de hecho, bailable- que surgió en la década del 60 como consecuencia de la fusión de soul, jazz, ritmos latinos, con base instrumental de bajo que en la década del 70 dio vida al disco. No obstante, Raúl Rueda prefiere darle un toque de melancolía, como si se tratara de un blues, pero sin serlo.

El hermano del también músico Luis Rueda define a su propuesta como un pop funk con una lírica compleja, aunque accesible, una que necesita escucharse más de una vez para que quien lo haga tenga su propia interpretación. Y el resultado de los versos en sus canciones tiene que ver con las vivencias de su autor, que no siempre son felices, pero que tienen a la vez un hálito de positivismo, de esperanza.

“Cada quien puede adueñarse de cualquiera de mis canciones. Uno puede identificarse con sus letras, hacer que la historia sea suya. Para mí, cada canción tiene un significado especial que necesariamente no es el mismo de quien la escucha porque están compuestas de forma general, con sutileza. Curiosamente la melancolía me inspira. Es mi aliada en el momento de escribir canciones, aunque el funk por naturaleza es alegre. Y no es que me deprimo, más bien disfruto y saco provecho de la melancolía”, dice Raúl, exintegrante de las bandas rockeras Sak y La Trifullka, con Luis.

Raúl, quien tiene una personalidad pasiva que contrasta con la volatilidad de su hermano, propone ‘Tras tus pupilas’ y ‘Velas al viento’.

“La primera de esas canciones es un retrato cantado de una persona que puede ver más allá de otra. Puede percibir el desamor, descontento y otro tipo de emociones que lo llevan a la conclusión de que se trata de un ser distinto, contrario al que pensaba”, refiere Raúl.

“El coro resume la idea de la canción. Ydice: ‘Tanto encanto en el canto de su aflicción/ un destello en el desierto embriaga mi corazón”, explica el cantautor.

“‘Velas al viento’ es la historia de alguien que trata de superar un desamor, toma su velero y se echa a navegar”, cuenta Raúl, quien después de Sak y La Trifullka tuvo otros proyectos, separado de su hermano.

“Toda mi carrera ha sido un proceso de evolución. Nací rockero, pero descubrí el funk, que me condujo al jazz y luego conocí la música de autor. Cuando salí de La Trifullka en 1999 armé Nébula, que fue un proyecto que apenas duró unos seis meses. Empecé a estudiar armonía, arreglos musicales y composición. De todo eso surgió JJ-azz, que eran canciones que Julio Jaramillo hizo famosas y que las adaptamos al jazz hace unos siete años. Para aquella época se me hacía muy fácil componer música instrumental, pero era toda una odisea escribir letras de canciones. Tenía como primeras referencias a Joaquín Sabina y Luis Eduardo Aute, pero para mí al uno le faltaba lo que tenía el otro. Por ejemplo, las letras de Sabina son increíbles, pero tiene una voz de tarro. Yo quería el paquete completo, hasta descubrí a Jorge Drexler”, revela.

Pero su aprendizaje no terminó ahí. Raúl Rueda se topó con la música del argentino Lisandro Aristimuño y desbancó un poco al uruguayo Drexler, aunque se nutre de ambas corrientes.

Raúl se considera un tipo autoexigente y a la vez con perfil bajo. Se ha tomado su tiempo para proponer un trabajo a su gusto. Prepara un disco completo para mayo de 2015 con otras canciones, como ‘El canto del colibrí’, ‘Conspiradora luna’, ‘El vuelo del regreso’, ‘El adicto’ y otras, cargadas de melancolía, ese estado de ánimo que lo inspira a componer.