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“Quiero romper la barrera entre el artista y el público”

Desde la escuela comenzó a realizar presentaciones en los eventos que se efectuaban en el centro educativo que estudiaba, en su natal Cacha (Riobamba). ‘Noche de paz’, cantada en quichua, fue el primer tema que la cantautora Mariela Condo interpretó frente a sus compañeros de la escuela, y aunque han pasado muchos años aún recuerda aquel día.

Festivales locales que se desarrollaban en la provincia de Chimborazo le abrieron las puertas para ganar experiencia musical.

La aceptación del público la impulsó a publicar un disco con interpretaciones en quichua, que lanzó en 2008 con diez canciones. ‘Shuk shimi, waranka shimi’ (‘Una voz, mil voces’) es el título de esa producción que marcó su inicio como solista, pues antes de sacar al mercado ese material, fue parte de varias agrupaciones.

Entre 2009 y 2011 se radicó en Boston (Estados Unidos), en donde comenzó a explorar su faceta de compositora y escribió varias canciones, algunas de las que incluye en el disco que lanzó a mediados de este año en el Centro de Arte Contemporáneo, en Quito.

‘Vengo a ver’ es el nombre de este álbum, en el que se mezclan ritmos andinos con otros géneros musicales. Incluye 11 canciones en español y 2 en quichua (‘Manila’ y ‘Kikilla’) que forman parte del legado cultural de la artista, pues le pertenecieron a sus abuelos. Condo es parte de la comunidad indígena puruhá, una cultura reconocida por su valentía frente a la invasión inca y española.

El pasado miércoles ofreció un concierto en la Alianza Francesa, al norte de Quito, en el que estuvo acompañada de varios músicos.

Mariela es una de las artistas que participa en el proyecto del Ministerio de Cultura y Patrimonio, ‘El pesebre de mi tierra’, un disco que incluye 10 villancicos del compositor lojano Salvador Bustamante Celi. El último viernes se desarrolló un concierto en la Plaza Grande, en el Centro Histórico de Quito, en donde se presentaron los cantantes que se unieron a la iniciativa.

¿Qué tal la experiencia de ser parte de un disco de villancicos?
Me pareció bonito este proyecto porque retomamos canciones ecuatorianas muy importantes con respecto a la Navidad, y aunque yo no celebro esta fecha, el ambiente que se crea en esta temporada es de paz, de volver a iniciar y hacer las cosas bien.

¿Por qué no celebra la Navidad?
Porque no es una fiesta nuestra ni una costumbre de mi familia. En las comunidades indígenas no se celebra la Navidad. Pero me gusta esta época porque hay una atmósfera positiva en la gente, que al darse cuenta que se va a terminar el año la esperanza los invade, sienten que es una nueva etapa en la que pueden renovarse.

Este ha sido un año en el que su carrera musical tuvo un ascenso...
Sí, este año ha sido muy importante para mí porque pude hacer el lanzamiento de mi primer disco como compositora. Experimenté todas las emociones y el caos que representa sentarse a escribir. Hace año y medio conocí al compositor musical Daniel Orejuela y entonces empezó la búsqueda de hacer canciones propias, desde ahí todo tomó una dirección más clara. Aunque este es un proceso que inició hace cuatro años, cuando terminé de grabar el primer disco y tuve la inquietud de hacer canciones mías.

¿Su primera composición?
‘El trigo y el sol’ y se la incluyó con ‘Flor de quebrada’ en un demo de dos canciones, que publicamos para darme a conocer.

¿Qué significa para usted el nombre del disco?
Una de las personas que escuchó mis canciones dijo que le gustaba el titulo del tema ‘Vengo a ver’ y ya me quedé con eso en la mente. Pero eso se identifica conmigo porque yo realmente me puse a ver qué había dentro de mí para hacer canciones.

¿Qué anécdota recuerda de sus primeros pasos en la música?
Hay una experiencia bonita que hace poco me regresó a la memoria: tengo un tío político, su nombre Luis Bravo, él me veía cantar y que me llevaban a los eventos, y un día enojado dijo que no estaba de acuerdo con las canciones que interpretaba porque la letra no era para una niña de 8 años. Entonces él compuso dos temas para mí y las estrené cuando me tocó presentarme en un evento en Riobamba, ante muchas personas.

¿A esa edad le daba nervios salir al escenario?
No tanto como ahora, pero sí había esa adrenalina que se siente antes de salir a escena.

¿Por qué ahora hay más temor?
Porque pienso más y la cabeza me gana, las dudas, la inseguridad. Cuando era niña la mente no me hacía tantas trampas como ahora que soy adulta. Pero luego del concierto que esta semana di en la Alianza Francesa viví otra experiencia, porque rompí esa barrera que me pone tensa: la que hay entre el artista y el público. Ahora sé que así quiero cantar, sin que me anuncien tanto antes de salir al escenario.

¿Se sintió como en una reunión entre amigos?
Claro, aunque fue un reto lograrlo pero lo disfruté, y espero hacer más conciertos así.

¿Vive con su familia en Quito?
Vivo sola, pero me gusta hacer muchas actividades. Trato siempre de leer para poder escribir y hacer canciones, juego con la pintura, no soy dibujante pero tomé varios cursos y lo utilizo como una herramienta de creatividad.

¿Proyectos para el 2014?
Me gustaría cerrar bien este ciclo musical, que fue haber logrado mi segundo disco, pero ya estoy creando nuevas canciones, no tengo una fecha exacta de cuándo haré un nuevo álbum pero no he parado de componer.

RECORRIDO MUSICAL

Mariela es graduada del Conservatorio Nacional de Música y del Instituto de Música de la Universidad San Francisco de Quito. Antes de ser solista participó en el Coro Pichincha del Consejo Provincial de Pichincha, el octeto vocal Kantart del Departamento de Cultura del Municipio de Quito, o en el grupo Vozteso Ensamble.

Participó en festivales corales internacionales con el grupo ecuatoriano Yarina, ganador en el 2005 de un Nammy, premio que reconoce lo mejor de la música nativa americana. Es admiradora de los cantantes Enrique Males y Lila Downs.

ALGO MÁS

Durante el lanzamiento de ‘Vengo a ver’, Mariela Condo estuvo acompañada de la artista Begoña Salas, quien pintó un cuadro mientras la artista interpretaba sus melodías, que están acompañadas por los sonidos del charango, quena, zampoña, chelo, clarinete, bajo, y otros instrumentos.

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