Melendi va más allá de sus múltiples tatuajes en los brazos. El cantautor español es un híbrido de rumba, flamenco, rock y pop, con un tono de voz muy semejante a Javi, el vocalista de la banda mexicana Elefante. 
Con ese argumento el artista asturiano, de 32 años, la noche del pasado jueves apareció en el escenario del Ágora de la Casa de la Cultura, de Quito.

Melendi, cuyo nombre completo es Ramón Melendi Espina, inició su show rumbero con El Parto, de su último disco Volvamos a Empezar (2010), que precisamente presentó en Ecuador.

El ibérico convocó a  unas cuatro mil personas que llenaron el recinto capitalino. Las entradas para su show se habían agotado en pocas horas, mientras Melendi firmaba autógrafos en las calles.

“Gente de Ecuador, os amo. El recibimiento ha sido brutal”, decía Melendi al público.
Las cinco primeras canciones Melendi las dedicó a su último álbum, con el que ganó un disco de oro, mientras los fans, aún incrédulos, subían a las sillas y a las vallas y con sus celulares no paraban de hacer fotografías.

Luego llegó la pegajosa rumba Caminando por la vida.

A lo largo del concierto, Melendi recibió varios regalos, una rosa que se puso en la boca y luego en la oreja, como los artistas flamencos, además de una bandera ecuatoriana con la que bailó y hasta la besó antes de guardarla en uno de sus bolsillos.

Con jeans claros y camisa gris, el cantante se movió como pez en el agua en el escenario, natural, como si estuviera en su propia casa y, precisamente, esa sencillez cautivó a los asistentes.

“Da gusto tocar en una ciudad que tiene los cojones así de grandes”, gritó Melendi, mientras el público que cada vez se extasiaba más con su música coreaba cada una de sus letras.

El artista, a quien no pareció afectarle los casi 2.800 metros de altura quiteña, no paró de saltar,  bailar y coquetear con las féminas. La interacción con los ecuatorianos no faltó en ningún momento, a quienes se refirió como “amigos”.

“¿Qué hacen 4.000 amigos y yo aquí bebiendo en Quito? Solo podemos hacer una cosa: Los piratas", dijo el cantante español cuando presentó Los piratas del bar Caribe.

En el concierto no faltaron canciones antiguas del artista. El hispano interpretó su primer éxito Con la luna llena, que lo catapultó a la fama en 2004 y que pertenece a su primer disco Sin noticias de Holanda.

Entre las canciones con mayor aceptación constan Con solo una sonrisa, Un violinista en tu tejado, Canción de amor caducada o La curiosa cara de tu padre.

El artista se despidió tras interpretar Hablando en plata, pero el público empezó a gritar: una más y no jodemos más; lo que hizo que el cantante volviera al escenario.

Como en otras ocasiones, el asturiano recordó a la banda de rock española Extremoduro, de la que aseguró es “un grupo muy grande”, “de verdad”, “de la cultura del rock” y que le influenció en su adolescencia.

Antes de cerrar el telón, Melendi agradeció la entrega del público ecuatoriano y aseguró que fue “una noche muy grande”, entonces, con la canción “vuelvo a traficar” acabó un espectáculo que duró alrededor de dos horas y que estuvo cargado de energía.