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Issam Eskandar divide su vida entre dos amores en El Sanduchito
Armandito es trabajador, honrado, buen hijo y buen padre, pero como todos tiene problemas. Su dilema es que se debate entre el amor de dos mujeres... ¡Su esposa y su madre! Ellas harán de su vida un ‘sanduchito’, ya que él no podrá contradecir nunca a ninguna de las dos y tratará de complacerlas a ambas por igual.
Esta es la trama de la nueva propuesta televisiva que Ecuavisa lleva a las pantallas, hoy a partir de las 19:30. La producción, a cargo de José Romero, cuenta con la dirección general de Paco Cuesta y de Luis Aguirre.
Issam Eskandar Gharibo, de origen libanés, es quien da vida a Armandito, un personaje que fue moldeando poco a poco con ingenio y creatividad, gracias a las libertades que el equipo de producción le ha permitido sin que se salga de los parámetros establecidos.
Este papel es el primer protagónico de Issam dentro de la televisión. Anteriormente estuvo involucrado en proyectos como El cholito, La pareja feliz y La tremebunda corte, en los que tuvo papeles secundarios, pero en donde demostró sus cualidades histriónicas.
Desde pequeño siempre mostró sus inclinaciones artísticas que llegaron después de un fugaz paso por las filas formativas de Barcelona y Emelec.
“Era demasiado inquieto y quería conquistar el mundo de varias maneras. Sigo siendo inquieto, pero ahora priorizo otras situaciones”, comentó el actor, quien a los 17 años formó parte del grupo Tri ID, de Freddy Rivadeneira, que era “una especie de MDO en Guayaquil”.
Su primer contacto con el mundo de la actuación fue cuando dio vida a Tarzán para el parque de diversiones Dreamland, que se instaló en el cantón Durán.
Antes había participado en algunas obras de teatro porque a temprana edad sus padres vieron en él sus cualidades escénicas.
“Me la pasaba imitando a mis amigos y profesores. Era muy hiperactivo y sigo siendo así. Creo que uno cuando nace para algo es para algo y no hay vuelta atrás”.
También incursionó en el modelado y en esporádicos episodios de series como De la vida real, de Ecuavisa, hasta que el productor Jorge Toledo le dio la oportunidad de interpretar a un camarógrafo en El cholito.
“Mi personaje de Michael era divertido. Él era un bandido. Los camarógrafos del canal me molestaban porque decían que en casa sus esposas les advertían que cuidadito con hacer las de Michael”, comentó risueño este actor que aún no piensa en la internacionalización, a pesar de que le han propuesto trabajar en el exterior.
“Aún no me siento preparado para trabajar afuera. Necesito aprender más cosas y adquirir experiencia. Cuando me toque salir quiero que sea para quedarme y mantenerme. Ese es el éxito de la vida”, dijo el actor de 29 años, quien cuando grababa para El cholito lo llamaron de una productora costarricense -con sede en Miami- para ofrecerle un papel en una serie.
“Ellos me habían visto por Ecuavisa internacional y les gustó mi trabajo. Estaban realmente interesados, pero no era ético dejar El cholito porque me habían dado la oportunidad y sería desleal”, dijo.
Eskandar es fanático de YouTube en donde descarga series televisivas de los 80 y 90 como MacGyver, Rescate 911, entre otras. Según él, de ahí sacó muchos referentes para la actuación.
Le encanta el cine y aunque trabaja para la televisión, la consume muy poco. “Quité hasta la señal de cable de la casa porque veo muchas películas. En mi casa tengo un montón de cintas de todo tipo, inclusive las cristianas que soy muy buenas porque dejan mensajes muy profundos y de donde me alimento para crear e interpretar”.
Solidario y emprendedor
Issam se considera un hombre de negocios. No le gusta quedarse “con los brazos cruzados” y siempre está emprendiendo algún proyecto o algo que le permita salir adelante y guardar para un futuro.
Desde hace cinco años compra, repara y vende autos. Esta actividad la realiza por casualidad y como ‘hobby’, luego de haberse comprado un carro y tras repararlo sus amigos le pidieron que se lo vendieran. Así, poco a poco fue adquiriendo otros para venderlos.
“Mi padre una vez me dijo que yo nunca me iba a morir de hambre porque sé hacer negocios y que Ecuador, más allá de ser hermoso, le brinda oportunidades a propios y extraños”, comentó.
También le gusta servir a la comunidad y lo hace como bombero voluntario una vez a la semana. Ha realizado cursos para capacitarse. Estuvo en el incendio del edificio Las Cámaras, el de la fábrica de pinturas donde murió el dueño del establecimiento, e incendios forestales. Una vez le tocó acudir a un accidente de tránsito en la vía a la Costa y al llegar al lugar vio que el fallecido era uno de sus mejores amigos.
Esta fue una de las experiencias más tristes que le tocó experimentar, al igual que la muerte de su padre y de una sobrina de 18 meses. “He pasado por experiencias oscuras y malas, pero trato de reponerme y salir adelante. Me han dicho que un día de estos me va a explotar una neurona de tanto estrés que me ha tocado pasar.
Pero trato de salir adelante por mi familia inclusive”, aseguró Issam, quien es padre de familia (está casado con una azafata y tiene una hija de año y tres meses llamada Danna) y vive apegado y atento a su madre, pero no tanto como lo hace con Doris, su entrometida madre en la serie de Ecuavisa.
Cuando no está grabando le gusta compartir con su familia e inclusive se mete a la cocina para preparar algo de comida árabe que es su especialidad. Eso sí, también disfruta de la gastronomía ecuatoriana, sobre todo del caldo de bolas que es su preferido.
Le fascina cantar y escuchar música, aunque no tiene pensado volver a cantar profesionalmente. Le encantan las canciones de Ricardo Arjona porque le recuerdan muchas experiencias vividas.
Entre sus cualidades están la honestidad y ser “amiguero”, lo cual le ha servido para tener contactos en muchos lugares, aunque lamenta que en ocasiones las personas cambian cuando llegan a alcanzar mejores posibilidades económicas.
Sin embargo, Issam Eskandar disfruta de la vida que lleva y no se deja vencer fácilmente. Ahora está feliz de formar parte del proyecto de Ecuavisa y aseguró que dará lo mejor de sí para que el público se sienta contento con el resultado final de la serie.