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Fanáticas cuentan sus historias con Mercurio
Andrea Salvador aún recuerda como a los 12 años, con la ayuda de su hermana Vanessa vendió toda su ropa para comprar las entradas del concierto que el grupo Mercurio ofreció en el Anexo del Tenis Club. “Mi mamá nos había dicho que no nos podía llevar a verlos, entonces un día que salió vaciamos el closet y lo pusimos en venta; cuando regresó a casa con las entradas para impresionarnos ella fue la que se llevó la tremenda sorpresa. Tuvo que volvernos a comprar ropa”, cuenta.
Pilar Villao, otra fan de Mercurio, relata que tuvo que hacer dulces y venderlos en su barrio y colegio para asistir a la primera presentación que ofreció en 1995 la agrupación mexicana en el Teatro Centro Cívico. “Tenía como 15 años y no me importaba viajar desde Santa Elena para verlos, en especial a Poncho, mi favorito. Cuando él dejó el grupo, ahí terminó mi amor por Mercurio, guardé los discos, posters y videos en VHS”.
Y aquellas historias volvieron a vivirse hace dos años cuando Andrea y Pilar descubrieron el club de fans Operación Reencuentro Mercurio en Facebook, que creó la colombiana Sylvia Majul. Al igual que ellas, también se unieron Rafaela Rovayo y Layla Mancero.
Desde entonces el club que en 2009 empezó con diez seguidoras aumentó considerablemente a 35.000. Precisamente ese antecedente, según Pilar, de 31 años, hizo que Mercurio regrese a los escenarios después de 9 años.
El grupo que llega mañana al país, realizará este sábado una fiesta privada en la discoteca Brasa Brazil, a las 22:00. Previamente se presentarán en la Teletón. Al día siguiente Mercurio actuará en Garage Live Music Club, de Quito.
“Fue sorprendente ver cómo ellas se las ingeniaron para ponerse en contacto con cada uno de los integrantes que desde el comienzo no creían que aún continuaban pegando, a pesar de estar separados.
Al primero que ubicaron fue a Rodrigo, quien se dedica a la producción de televisión. Luego siguieron Poncho y Dany, empresarios, y Elías, quien también es productor de TV.
Para encontrar a Héctor, que es piloto, tuvieron que seguirlo hasta el aeropuerto y no contentas con eso consiguieron el número telefónico de su casa. El único que decidió no ser parte de este reencuentro fue Álex, que está dedicado a su carrera como actor”, cuenta Andrea, de 29 años, promotora de los espectáculos de la agrupación en Sudamérica.
Ella cuenta que el regreso de Mercurio no viene solo, ya que el grupo prepara el lanzamiento de su disco Reacción en cadena.
Explica que el material está compuesto por las canciones más populares que sonaron en la década del noventa. Entre ellas: Enamoradísimo, Chicas chic, Explota corazón, Vuelo, Amarte en exceso, y además cuenta con tres nuevos temas: El tiempo a tu cintura, Así te deseo y No.
Estas dos últimas canciones contaron con la colaboración de los mexicanos Áleks Syntek y Jesús Navarro -del grupo Reik-, respectivamente.
Según Andrea, el nombre del disco define lo que provocó la creación de ORM, que actualmente cuenta con 37 sedes repartidas en varios países de Latinoamérica.
En el caso de Ecuador, la empresa de fans, como ella llama al club, tiene cuatro: Manabí, Cuenca, Quito y Guayaquil, la más fuerte de todas.
Su presidenta Rafaela Rovayo cuenta que desde su creación sus seguidoras se reúnen de forma periódica después de sus trabajos. Ayer tuvieron un encuentro en el centro comercial San Marino para definir el recibimiento que tendrá el grupo en su visita a Guayaquil.
“Cada vez que el grupo cumplía un año hacíamos revistas, fiestas mercurianas, chivas y conversaciones con los integrantes vía skype. Además hacemos ayuda social todos los fines de año”, explica Rafaela, quien desde los 11 años sigue a la agrupación.
“Sus canciones tenían mensajes y las coreografías que realizaban llamaban mucho mi atención. Además los chicos, que estaban guapos, eran muy contemporáneos”, dice Rafaela, de 26 años. En eso coincide Layla Mancero, quien es la presidenta de ORM, pero a nivel Internacional.
Ella recuerda que con solo 14 años se las ingenió para colarse en las ruedas de prensa que realizaba la agrupación. Y eso no fue todo, Layla, quien ahora tiene 27 años, relata que su fanatismo por Mercurio la llevó a tomarse los residuos de un batido que dejó uno de sus integrantes preferidos, Poncho “Me guardé el sorbete y nunca lo lavé, ya después de un buen tiempo mi papá me lo botó”.
Una más de las historias que vivieron fanáticas de Mercurio y que ahora se reencuentra.